sábado, 28 de diciembre de 2013

Camilleri es más que Montalbano

Hace algún tiempo que Teresa me descubrió la editorial Sellerio de Palermo y me he hecho adicta. Muchos viernes subo la calle Génova hasta la librería Pasajes y compro casi exclusivamente obras de esta editorial: son libros preciosos y muy "cómodos", es decir, bien editados y nada pretenciosos.
Así he descubierto un nuevo autor, Marco Malvaldi y su reata de jubilados aficionados a la investigación criminal, que descubrí en Il re dei giochi y también que entiendo perfectamente el siciliano,no sé si porque tiene infinidad de préstamos españoles o por cualquier otra razón genética.  Lo cierto es que beddreza,
y piciotte son palabras que entiendo sin saber por qué-
También he leído una obra de Andrea Camilleri de la Colección La Memoria que cuenta los 28 día de gobierno de doña Eleonora de Mora, viuda de Viceré de España en Sicilia, Don Ángel de Guzmán y de toda su buena gestión y de las intrigas que se levantaron para intentar que no siguiera destapando vicios y corrupciones. En tan pocos días sufre un motín y muchas aventuras y consigue recuperar mucho dinero robado y usarlo para abaratar el pan y favorecer así a las clases más humildes. Esta castellana bellísima habla un italiano muy gracioso, mezclado de español : Vosotros en el Consiglio os burlaste de un muerto, os profitaste sin dignidad... 
Pero en esos pocos días, esta dama hace La rivoluzione della luna y en su despedida, un poeta di taverna le canta estas estrofas:

'Ntorno a la terra tutta a firriari
ci metti 'a luna vintotto jornati.
Chistu lo sanno i fimmini e lu mari
che cu 'a luna sunno sempri appattati

Giro di luna fu lu regnu tò,
ma fici di la notti jornu chiaru, 
la tò liggi abasttò e assupirchiò
pi fari di duluri menu amaru.

E ora che hai finuto la fatica
donna Lionora, talia nel nostro cori:
dintra ci attrovirai 'na luna nica,
iddra sì tu, ca regni di splindore



Este pasaje suena cantarino, porque este dialecto siciliano es pura musicalidad. 
Y ya, para acercarme al fin de año, estoy leyendo una obra colectiva, Cappodanno in giallo compuesta por narraciones cortas de los investigadores de Camilleri y Malvaldi, y de otros para mi desconocidos: Esmahan Aykol, Gian Mauro Costa, Antonio Manzini y Franceso Recami. 
Me parece una manera magnífica de acabar el año, descubriendo personajes e historias


miércoles, 25 de diciembre de 2013

Una palabra enorme: libertad

Aunque ayer escribí por fin a I., no he conseguido poner "negro sobre blanco" todas las conversaciones silenciosas que mantengo con ella o sobre ella... su historia es de tanta desmesura, que es difícil decir todo lo que uno desearía y callar todo lo que uno debería callar.
Hace unos días que mantengo una conversación callada en la que querría decirle que la libertad está sobre valorada, que casi nadie es minimamente libre, que a todos nos aprisionan nuestras pasiones o nuestras obligaciones, que tenemos que trabajar para vivir y eso nos hace contar con muy poco tiempo para ser libre.
Pero respondo en su nombre que eso es ser libre, que no serlo es no poder elegir cuando sales al patio o cuando duermes, no poder llamar o ver a quien quieras y sobre todo no poder ir a donde quieras.
Sé que la mayor parte no puede ir a donde quiera de una manera absoluta, pero dentro de cierto margen de maniobrabilidad uno está donde quiere y con quien quiere. Donde ella está no puedes elegir la compañía y apenas debes poder eludir a quien temes o no soportas...
A veces pienso que ella es injusta con sus compañeras, que el sitio en el que está no es un lugar en el que se pueda reclamar ningún tipo de privilegio, y que seguro que entre toda la gente que la rodea habrá, como en todos los sitios, gente buena y gente mala.
Y ella seguro que vería la bondad que la rodea si su cárcel fuera solo esta de muros y horarios obligados, si su cárcel no fuera la pérdida de sus tres amores: su hijo, su marido, su trabajo, si su prisión fuera distinta del odio a si misma que se tiene.
Estas grandes palabra, como dice P. hacen mucho daño, porque nadie el libre y todos llevamos dentro nuestras cárceles. Pero también esta palabra ha guiado a exploradores y soñadores a conseguir cosas que durante mucho tiempo fueron inimaginables y es la que ha llenado miles de líneas de poesía y escritura. Aunque en la mayoría de los casos uno cede su libertad por amor, como cantaba Moustaki en Ma liberté:
Ma liberté
Longtemps je t'ai gardée
Comme une perle rare
Ma liberté
C'est toi qui m'a aidé
A larguer les amarres
On allait n'importe où
On allait jusqu'au bout
Des chemins de fortune
On cueillait en rêvant
Une rose des vents
Sur un rayon de lune
Ma liberté
Devant tes volontés
Mon âme était soumise
Ma liberté
Je t'avais tout donné
Ma dernière chemise
Et combien j'ai souffert
Pour pouvoir satisfaire
Toutes tes exigences
J'ai changé de pays
J'ai perdu mes amis
Pour gagner ta confiance
Ma liberté
Tu as su désarmer
Toutes mes habitudes
Ma liberté
Toi qui m'a fait aimer
Même la solitude
Toi qui m'as fait sourire
Quand je voyais finir
Une belle aventure
Toi qui m'as protégé
Quand j'allais me cacher
Pour soigner mes blessures
Ma liberté
Pourtant je t'ai quittée
Une nuit de décembre
J'ai déserté
Les chemins écartés
Que nous suivions ensemble
Lorsque sans me méfier
Les pieds et poings liés
Je me suis laissé faire
Et je t'ai trahi pour
Une prison d'amour
Et sa belle geôlière

--ooOoo--
Ojala que un día I. pueda plantearse estos dilemas teóricos sobre la libertad y pueda disfrutar de la lluvia y los árboles y del mar y del amor que hace libre al tiempo que encadena. Así sea 

sábado, 19 de octubre de 2013

El Madrid resistente o el verdadero relato de Madrid

Hace unos día Elvira Lindo, en un artículo que llamó Defensa de Madrid criticó la afirmación de los autores el artículo La decadencia de Madrid,que aseguran que a Madrid "le falta un relato". 
Estoy de acuerdo con Elvira en que Madrid sí tiene relato, un relato resistente, ampliamente constatado a lo largo de su historia.
Pero no voy a hablar de la historia, antes yo no estaba y no sé si lo que cuentan es cierto. Sí puedo hablar de lo que he visto, de la fuerza de Madrid frente a las dificultades y las crisis, al margen de las iniciativas institucionales y de los recortes y las atrocidades cotidianas.
Madrid resiste. El pasado día 8 de octubre la recorrí andando casi entera, disculpad la exageración, de Moncloa al hospital de la Princesa, de ahí a Caixa Forum para terminar de nuevo en Moncloa. Fue en el cumpleaños de C. que se siente muy feliz de cumplir un año más después de su ictus y que está pletórica de fuerza por su continuo cuidado de su organismo "tocado". 
Por comodidad y por elección elegimos calles secundarias, lejos de esas grandes arterias madrileñas de velocidad y ruido infernal. Y yo, que apenas "pateo" Madrid porque vivo fuera y trabajo aquí, pero muchas horas, me quedé sorprendida de ver la vitalidad de Madrid, la fuerza de sus ciudadanos para emprender, para lanzarse al proceloso mar de la competitividad comercial. Muchos son los "garitos" que sirven comidas o bebidas diversas, todas con algún elemento novedoso, pero sobre todo, muchos son los micro-comercios que ofrecen algún valor añadido, alguna mercancía alternativa, alguna gracia especial.  
Con esta energía se empiezan a salvar las crisis, y eso al margen de las legislaciones y de las iniciativas institucionales. La sangre de Madrid está hecha de muchos forasteros y extranjeros, de gente que aquí ha conocido la libertad y la grandeza de ser ciudadanos en lugar de súbditos, esclavos o cualquier otra forma de dependencia. Estos metecos se agarran con fuerza a lo que tienen, sea un puesto de barrendero o una plaza en un albergue o un mísero piso infrahumano y van escalando su humanidad luchando día a día hasta que empiezan a sentirse tan ciudadanos  que se convierten en el tejido de esta ciudad sucia, ruidosa y bullanguera. Una ciudad a la que odiamos y amamos, pero en la que a la vuelta de ciertas calles y esquinas se nos vuelve, amable, hermosa y solidaria.

miércoles, 2 de octubre de 2013

La regina di Pomerania e altre storie de Vigàta

Esta obra contiene ocho narraciones cortas, escritas en dialecto siciliano y llenas de socarronería. El siciliano posee una musicalidad tan esencial que incluso leyéndolo en voz baja se hace presente, y te inunda de lo que entendemos por Sicilia los que nunca estuvimos allí, un sol y una luz exagerados, siglos de historia frente a una belleza  primitiva y llena de fuerza. Esto, evidentemente, es literatura, que es lo único que nos permite conocer mundos sin que la experiencia lo haga posible.
Estas historias pequeñas están llenas de un sentido del humor primitivo y realista que convierte las conductas de los campesinos y no ilustrados en un prodigio de inteligencia práctica, de "furberia" (que diría mi Nonna) y la de los ricos ilustrados en un claro reconocimiento de su desidia y falta de ánimo. Hay historias de pillería, como la que da nombre a la obra, la Reina de Pomerania y su consul en Vigàta, que consigue vender unos miles de perros de Pomerania y organiza el flete de unos barcos cargados de azufre, sal y sulfato rumbo a ninguna parte. O la historia d ela competencia perpetua entre los heladeros de sus playas, Cecè y Michelino, un duelo de ingenio que solo termina con la muerte de Michelino y la retirada de Cecè. O la historia delos zapatos nuevos de Jaquino Sgarciato, de los avatares en la segunda guerra de este y su familia. O la historia del rapto erróneo que abre la obrita
Y también la impresionante historia de L'uovo sbattuto que contrapone la belleza y el carácter primitivo de Manuela al de su amo y amante el marqués Girolamo de la Roncola, sin ánimo ni fuerza ninguna, y también la Lettera anonima o La Seduta spiritica que hablan de generosidad y mezquindad a partes iguales, como es la vida de los humanos, grande y minúscula al mismo tiempo.
Hay otras historias de Camilleri, el Gran Circo Taddei y altre storie de Vigàta que sin duda tendré que leer. Me encanta saber que me queda más que disfrutar con este mundo hermoso de Vigàta. T.,  en cuanto leas este te apuntarás al siguiente, estoy segura.

La regina di Pomerania e altre storie de Vigat

domingo, 29 de septiembre de 2013

El paraíso humanizado

Llegamos el domingo 22 a Los Escullos, en el Cabo de Gata y hasta el sábado 28, el paraíso ha he estado cumpliendo con su cometido, dando la talla en lo que se espera de un paraíso: sol perpetuo, mar en calma y transparente, silencio y felicidad. Pero a partir del viernes por la noche se pone en marcha una pesadilla renuente, que cambia el gorjeo de los pájaros y el sonido de las esquilas del rebaño de cabras por el ruido más inhumano de electro latino y otras flores de discoteca. La razón, una fiesta de Erasmus que ya nos sacudió el año pasado y que se ve que nos ha tocado en suerte también este año.  Unos 50 jóvenes de ambos sexos dispuestos a divertirse durante todo el fin de semana con las músicas más tontas y los juegos más insulsos. A ello se suma un viento huracanado que silva entre los bungalows por la noche y que durante el día hace difícil permanecer en la playa, no tanto por lo rizado del mar como  por el suplicio de los granos de arena horadando la piel o dejándote ciego. 
Como siempre, la solución para mi han sido los libros. Me he leído, en medio de la furia de la música gritona, El amante lesbiano, de José Luis Sampedro y Lo que el día debe a la noche, de Yasmina Khadra, seudónimo del escritor argelino Mohammed Moulessehoul. 
El de Sampedro se lo había regalado yo a C.N., compañera del la Biblioteca, y me lo ha dejado con la consigna de que se trataba de un libro apasionante. Para mi es un libro extraño que trata sobre el sexo, el género, las preferencias y la dominancia. Es un libro de iniciación que sucede a un viejo en el umbral de la muerte en un territorio de nadie, Las Afueras, donde es posible luchar contra todos lo errores y las imposiciones de la existencia. En este territorio neutral, el protagonista, Mario, se deja guiar por una bereber liberada, Fadira, de retorno a su verdadero ser. La obra se abre con dos citas místicas, una de San Juan de la Cruz (Entremos más adentro en la espesura) y otra de San Agustín (Ama y haz lo que quieras). La primera especialmente tiene para mi el sentido de escudriñar lo racional, descubrir las razones ocultas del universo.
El libro sobre Argelia me ha encantado, emocionado e interesado enormemente. No es solo que hable de la revolución argelina, uno de los últimos hitos de las luchas de liberación coloniales y unos de los primeros estallidos del terrorismo integrista musulmán, es que su lenguaje está muy cerca de mi sensibilidad sureña, de mi manera mestiza de entender la vida. Incluso del fatalismo y del sentido exacerbado del honor. La vida en la colonia de Río Salado parece tan idílica y al mismo tiempo hay tanta corriente de malestar subterránea, tanto rencor escondido que parece lógico el estallido de sangre y muerte que se produjo con la independencia de Argelia. Según Younes, el protagonista, deja claro como respuesta a la razones de los bodegueros colonialistas, se trata del enfrentamiento entre dos formas de vida, dos conceptos de la vida que triunfan en el norte y el sur, uno defendiendo el trabajo como razón suprema y otro la libertad como fin en si mismo...
No tengo las respuestas a esta antítesis, pero la siento en mi, formando parte de mi vida y de mi ser. T, la amiga que me ha dejado el libro de tan hermoso título, un libro en el que ella me comentó que solo por la descripción de un trigal al principio de la obra merecía la pena leer, tiene en la página de guarda final muchas notas manuscritas de su vida y sus viajes. Eso lo hace mil veces hermoso, no solo por el autor, la obra y la esperanza que rezuma, sino por la lectora que lo ha enriquecido con su propia alma.
Afuera sigue soplando el viento desasosegante y enloquecedor y dentro sigue la tormenta del dolor de I. y su locura y nuestro afán por salvarla del abismo. Si el viento sigue asediando el paraíso, no se cuanto podremos aguantar. Me gustaría un poco de sol y mar en calma, que P. disfrutara del recién descubierto buceo y poder volver al Norte con la mochila cargada de Sur. No sé si será posible. Mientras, aún me quedan dos libros más, La regina de Pomerania, de Andrea Camilleri y que ya he mencionado en este blog  y Escribir en Internet, un libro de la Fundación del Español Urgente del BBVA dirigido por Mario Tascón. Ojalá se amanse el dios del viento.

domingo, 25 de agosto de 2013

Varias lecturas y Todo lo que era sólido

Llega el verano y todos recuperamos la lectura. Verdad es que yo nunca lo dejo del todo. Últimamente he leído varios libros regalados o prestados por mi amiga T., una recién jubilada, que trabajaba en una empresa de yates y que se jubiló el pasado día 18 de julio. Que con la jubilación haya tenido algún problema de salud es la consecuencia lógica de unos años muy difíciles, con mucha ineficacia y mucho pelotazo empresarial.
Su empresa o es italiana o ella tenía mucha relación con Italia, el caso es que ella me ha dejado dos libros en italiano, el último una celebración de la editorial Sellerio, de Palermo (una obra traducida de Anatole France, Il procuratore della Giudea). No conocía esa editorial pero es una joya formal e intelectualmente.
Me encanta leer en italiano, me sirve para recuperar recuerdos antiguos, de mi Nonna y de mi madre y también de mi amiga Anna Maria Coccozza, profesora de italiano en la Universidad de Málaga. Pero además, conocer la editorial Sellerio ha supuesto para mi una sorpresa veraniega estupenda. 
El viernes, al salir de la BNE me subí a la librería Pasajes y me compré dos obras de Camilleri en esa editorial, La reina de Pomerania,  de la serie de Moltalbano y La revoluzione de la luna, que narra una historia del siglo XVII, al parecer. Pero además he comprado otra obra, Todo lo que era sólido, de Antonio Muñoz Molina, que ya he leído y que me ha gustado mucho. E.S. me había hablado admirativamente de él y siempre he respetado mucho su opinión
Habla de los años que han propiciado la llegada de esta crisis y es un ensayo, que expresa muchas ideas con las que no estoy de acuerdo. Pero si con las principales: la de que en este país no existe la independencia de criterio y solo se favorece la "disciplina de partido" y la "adhesión incondicional",  sea del signo que sea.Y también la buena prensa que tienen aquí los pillos y sinvergüenzas. 
Esas ideas y la de la que la regeneración nacional solo sera factible si todos hacemos nuestras tareas rutinarias de forma excelente, si nos dedicamos más a lo ordinario que a lo extraordinario y si nuestro funcionariado se profesionaliza y deja de estar sujeto a los avatares políticos, me han impactado con su sencillez y su claridad.
También señala Muñoz Molina que somos un pueblo que no sabe disentir civilizadamente y que nos cuesta especialmente discrepar de las opiniones de nuestros correligionarios. Así cuesta que avancemos como país, sin duda y sobre todos que superemos esas divisiones eternas que solo nos llevan a la ruina y al permanente conflicto.
En resumen, que han sido unas lecturas magníficas y os dejo unas portadas de la editorial  Sellerio, que son prácticamente perfectas.


domingo, 4 de agosto de 2013

Traganubes o comenubes

Dicen que K. no está terminado, que ha nacido sin el sistema digestivo completo. I. su madre dice que es que viene con vocación de ángel, ángel comenubes o tragasueños.
Cierto, angelito devorasueños, el mundo está muy necesitado de utópicos y soñadores. Pero mira, lindo niñito, para ser soñador hay que comer muchos biberones, y luego mucha sopa de verduras, y garbanzitos cuando llegue la hora.
Este mundo necesita visionarios con los pies en la tierra, bien comidos y queridos, como mucho carácter y mucha flema.
K., tengo tanta esperanza en ti, devoramiedos y fundepenas... 

sábado, 6 de julio de 2013

Cosas que nunca te dije

Pepa se murió el martes, sin que me enterase, mientras yo disfrutaba de mi último día de jardín y piscina, antes de incorporarme de nuevo a la batalla. Por lo tanto, el título de esta entrada no tiene nada que ver con la película de Isabel Coitxet, que no he visto, sino con cosas que me hubiera gustado hablar con mi amiga, con la que tantas cosas hablé, pero con la me gustaría seguir manteniendo una conversación permanente.


Cuando llegué a la Biblioteca desde Málaga, Pepa estaba en la sección de Publicaciones periódicas, que fue mi primer destino. Eran los primeros tiempos de lo que se ha llamado después la transición y ella, hija de un republicano que se murió esperando que los aliados llegaran a España a derrocar la Dictadura de Franco, era una espécimen algo peculiar entre muchas bibliotecarias con un talante conservador y manifiestamente de derechas. Era el azote de estas señoras y señoritas de buena familia, porque siempre dijo lo que pensaba con absoluta sinceridad y con gran pasión. Y su sentido de la responsabilidad social era imposible de evitar, más que excesivo. Siempre tuvo, además, una vena de locura que la hacía inmune a cualquier tipo de miedo.

Pero también era una persona dedicada intensamente a saborear la vida. Casada con el poeta Jacinto López Gorgé, sin hijos (esta carencia, más para Jacinto que para ella, supuso mucho en sus vidas), su ranking de viajera era inalcanzable. Después de cada viaje volvía llena de historias y de risas, pues de todo lo vivía con una vitalidad infantil y siempre con extrema intensidad. Jacinto había dejado la enseñanza para dedicarse solo a la poesía y sus alrededores (conferencias, antologías, artículos) y entonces aún un funcionario tenía media vida (a partir de las 3 de la tarde). Iban al cine, al teatro, a la ópera, a los conciertos, a cualquier acto cultural o fiesta de intelectuales. Pepa lo veía todo con mente ávida y no solo lo disfrutaba ella sino que nos lo contaba a nosotras, sus compañeras más cercanas de Publicaciones Periódicas, las que desayunábamos con ella.

A mi me prohijó desde el primer momento, quizás por venir del Sur que ella quería tanto, pues vivió en Ceuta, Melilla y Tetuán, más lugares del Norte de África; en Marruecos Jacinto y ella dibujaron a su alrededor un círculo de amigos y poetas que dio lugar a revistas como Ketama y sobre todo a una isla de razón y de belleza entre dos sociedades que se han entendido a menudo a trancas y barrancas.

Jacinto se murió en diciembre de 2008. Aún recuerdo el último día que los vi juntos, uno de principios de verano aquí en Collado, puede que en 2006, no lo recuerdo con exactitud. Pepa estuvo en mi casa destilando la energía de siempre, pero Jacinto se medió adormeció al sol del jardín, como quien se deja acunar por la muerte anticipadamente.

Después de su muerte, Pepa tuvo un bache, las pocas veces que la vimos estaba delgada y llorosa. Yo siempre sentía que debía llamarla y verla más, pero la vida estúpida de trabajo de sol a sol solo dejaba hueco para ese remordimiento, viejo conocido, porque también lo experimenté con la larga enfermedad de mi madre. Siempre dije que Pepa era mi otra madre, la madre biblioteca, la que te enseña a buscar, encontrar y poner en la mano del lector eso que necesita. Y a ella también le fallé.

Pero me llamaron ayer y me contaron su muerte, que parece elegida por su temperamento de genio alegre y hedonista. Trabajó hasta el final en la ordenación del archivo de Jacinto que había donado en 2010 a la Fundación Jorge Guillén de Valladolid, y tras un año de mejora de la salud y del ánimo, pero de mucho trabajo, decidió darse el premio de una estancia en el balneario de Medina del Campo.

Y allí la atajó "la pelona", pero no pudo con su espíritu de acero, con su sangre de alegría inquebrantable. Se fue como vivió, sin miedo y disfrutando. Y se llevó mi remordimiento, porque nada puede impedir esta permanente conversación que ahora nace.

Pepa, recuerdo que me contaste que unos de tu viajes, en una piscina de hotel había un cable suspendido encima del agua y te empeñaste en atravesarla deslizándote por él. Y que al final, lo conseguiste. Sea o no cierto esta anécdota, es la metáfora de tu vida, difícil pero gozosa siempre, y en eso quiero yo seguir tus pasos: nada es difícil con la sonrisa a cuestas.

---ooOoo---

Comentario: La foto que incluyo no hace justicia a una persona llena de vitalidad y de sentido del humor, pero no tenía otra, me la dio M. y es anterior a mi llegada a la Biblioteca. Cuando pueda añadiré otra más acorde.

domingo, 9 de junio de 2013

Señores, ¡He leído un libro!

Si.Y un libro que no tiene nada que ver con el trabajo, que no tenía que leer para saber más, sino que quería leer, una novela negra comprada en el supermercado y terminada gozosamente a las 3 de la madrugada del sábado. Una de esas novelas que los ingleses llaman page-turner. Hace meses que soñaba con caer en la tentación y ha sido magnífico.
Recuerdo que de joven tenía dos sentimientos respecto a la novela negra: un cierto desprecio hacia un género que ingenuamente consideraba menor, y miedo, un rastro de los temores infantiles a la obscuridad y los monstruos que la poblaban.
En estos momentos, me da igual si el género es mayor, menor o ni siquiera existe. Sueño con sumergirme en otras vidas, en historias diferentes a la mía, para mi tan manida. Y el miedo que puede atenazarme es mucho más sutil y a pleno día. He dicho más de una vez que me gusta la novela negra porque, a diferencia de lo que ocurre en la vida real, los asesinatos se descubren y se sabe una verdad, y los crímenes se suelen pagar.
Dejando a un lado el suspense, la novela en cuestión es creo que la quinta de la escritora de Kiruna, Asa Larson y se llama Sacrificio a Mólek. En ella hay crímenes encadenados en busca de una herencia, crímenes que se hacen pasar por accidentes, un ataque de un oso, un atropello, y también un supuesto crimen de un loco. Y niños y perros. Y como siempre la fiscal Rebecka Martinson, la supuestamente frágil mujer que termina metiéndose, como es habitual, en la boca del lobo. 
Ni siquiera el tomar conciencia que ese meterse en la boca del lobo es un recurso estilístico repetitivo de la escritora ha supuesto una rebaja de la emoción de la lectura, a las tantas de la madrugada... ¡Cuántas madrugadas iguales, en la casa de mis padres, estudiante de bachillerato y de universidad! Hubo un tiempo que pensé que quería vivir de noche, o mejor que dormir era una pérdida de tiempo. Claro que tenía muchísimos años menos, y no me levantaba habitualmente a las 5.30. Y pensaba que la vida nos había sido dada para exprimirla como un limón, para llenar "el minuto inolvidable y cierto de sesenta segundos que te lleven al cielo…." O acaso al infierno más cercano.

domingo, 5 de mayo de 2013

Lo que hacemos los bibliotecarios


El pasado día 27 de abril hemos tenido una Jornada de Puertas Abiertas en la Biblioteca Nacional. Por primera vez en alrededor de 10 ediciones no me apetecía trabajar de voluntaria como habitualmente, y había varias causas, una de ella relacionada con el cansancio y el miedo a los errores que esto suele ocasionar.
Pero había una causa principal y casi filosófica y quizás derivada de los últimos tiempos de buscar mecenazgo y hacer campaña, “vendiendo” el valor de guardar y conservar durante tres siglos el patrimonio intelectual de este pobre país esquilmado. Ese rechazo a las Puertas Abiertas es una especie de desprecio elitista a esa necesidad de aprobación y patrocinio: la BNE ha hecho esto siempre, al margen de la aprobación, el presupuesto o el patrocinio, de espaldas al reconocimiento político, económico o social, sin que la mayoría de los españoles, los principales beneficiarios de este acervo incalculable, tuvieran la más mínima pista de que hace una biblioteca y ni mucho menos una biblioteca nacional…
Exposición de Durero, web BNE
Al margen de estas disquisiciones, a lo largo de  la mañana terminé disfrutando de las jornadas, de la felicidad de ver la sorpresa de la gente al ver nuestros tesoros (suyos, sí, pero también míos).  Pero hubo un comentario de uno de nuestros visitantes a una afirmación mía de que los bibliotecarios trabajábamos mucho, su comentario, algo dudoso, fue “¿Si? ¿Leyendo?”. Esta opinión, no demasiado asertiva, es un síntoma del desconocimiento de lo que hacemos los bibliotecarios.
No me extraña demasiado, a lo largo de mi larga vida en la BNE, me he encontrado con esa misma sorpresa cuando se hablaba del trabajo bibliotecario. Así pues, e igual que se dice que no hay tesis válida que no se pueda explicar a tu abuela de modo que lo entienda, creo que es importante poder explicar  tu oficio de modo que todo el mundo pueda entenderlo.
Vamos por orden, y trataremos de ponerlo en relación con nuestra propia biblioteca, de 500 o 1000 libros. Si queremos encontrar una obra en esta biblioteca, deberemos saber su título o su autor y donde está colocado, si buscamos un libro determinado.  O si buscamos libros sobre una materia cualquiera o tenemos los libros marcados de algún modo (aunque sea por su colocación) o no lo conseguiremos.
Si multiplicamos el número de obras, aumentamos su  tipología (manuscritos, grabados, dibujos, fotografías, partituras, grabaciones sonoras, videos, revistas y periódicos, además de libros) y hablamos de alrededor de 30 millones de piezas, es evidente que si no tenemos un modo de almacenar en un ordenador estos datos (autor, título y una descripción física de las obras, así como una marca de dónde están colocadas; más alguna marca de materia o clasificación que nos permita agrupar por temas) será imposible  localizar la información que custodian estas obras.
Ahora centrémonos en los 15 millones de títulos que suponen los 30 millones de ejemplares que deberían estar descritos, pero que no todos lo están de forma automatizada, es decir, no están dentro de la base de datos del catálogo. Muchas de estas obras, especialmente las más antiguas, están prolijamente descritas en catálogos impresos o en fichas manuales tradicionales, lo que hace más difícil su recuperación y por lo tanto el objetivo es incluir estas descripciones en la base de datos común, pero esta es una tarea que debe hacerse en paralelo con los nuevos ingresos (unas 314.000 obras al año) y con aquellas piezas que están sin describir. Hay por ejemplo hasta 2 millones de fotografías, que están descritas en una mínima parte, y cuya descripción requiere de conocimientos especiales de los procedimientos de fotográficos a lo largo de los años; y por poner un ejemplo más, unos 600.000 grabados incluidos dentro de libros y que conviene describir pormenorizadamente por cuestiones de seguridad.
Esta es la tarea básica de la BNE y la que permite todas las demás, que aumentan día a día con las posibilidades y las exigencias de las nuevas tecnologías. Y sin esta tarea primigenia, no existen las demás: no se puede difundir la colección correctamente, ni para los investigadores ni para el público en general, ni se puede fomentar la investigación de estas obras, puesto que no es posible individualizarla dentro del gran conjunto de los muchos millones que contiene la colección.
Así, si describir 15 millones de obras y lo que es más, alrededor de 314.000 nuevas obras cada año, es ya un trabajo notable, si a eso añadimos el control de los préstamos de estas obras a los lectores en sala y a otras bibliotecas para el préstamo interbibliotecario, su preparación para exposiciones, su digitalización, su publicación en la Biblioteca Digital Hispánica para su uso y disfrute por parte de los ciudadanos de todo el orbe, los trabajos para mantenerlas en buen estado de conservación, empieza ya a parecer una tarea inabarcable, una auténtica tarea de Sisifo
Y en estos tiempos hay que sumar la falta de presupuesto y esa necesidad ya mencionada de convencer a los plutócratas de que es bueno invertir en conocimiento y cultura. Y de que el oficio de bibliotecario, además de una innegable vocación de servicio público y de permanencia, exige cada vez mayores  conocimientos y preparación continua; que admitan, por ejemplo, que una biblioteca se precisa cada vez más de perfiles especializados en la web, si queremos tener una sede web con visibilidad y que cumpla criterios de accesibilidad y usabilidad, y que además tenga un diseño atractivo y elegante. O que son necesarios un montón de perfiles profesionales especializados para poner en marcha el Depósito legal de Internet, o continuas oportunidades de formación para los trabajadores de las bibliotecas de conservación que deban realizar la tarea de conservación de ese patrimonio intangible que está solo en la web y solo por poco tiempo.
Pero sobre todo, que sean conscientes de que quienes describen, organizan y difunden lo que es y será el patrimonio intelectual de hoy y de mañana deben contar con todo el apoyo de la sociedad y por supuesto del Estado
Algunos de nuestros servicios


domingo, 31 de marzo de 2013

A la sombra de Pompeya

Stabiat es la ciudad que hoy conocemos como Castellammare de Stabiat y está a 4,5 kilómetros de Pompeya, y es por eso que sus villas han quedado eclipsadas por las de Pompeya. Fue destruida en el año 89 AC por Lucio Cornelio Sulla durante la Guerra Civil, pero volvió a renacer de sus cenizas y en el año 79 DC. era un próspero lugar de vacaciones para los romanos adinerados, con colinas que ofrecían hermosas vistas sobre la bahía y con el Vesubio al fondo.

Cuando se produjo la erupción del Vesubio, al parecer el 24 de agosto, Stabiat debió de sufrirla después que Pompeya y Herculano. Así como en Herculano el problema fue el lodo y la ceniza y en Pompeya los vapores de azufre y las piedras pómez, podemos imaginar que una mezcla de ambas pudo inundar estas hermosas villas: la señorial villa San Marco, la coqueta villa de Arianna, o la villa del Pastore. Durante la erupción, Plinio el viejo, el amante de los volcanes, navegó por la bahía salvando a los que huían de esta y disfrutando de la emoción que tanto persiguió y soñó. Al parecer murió en Stabiat, y sobre él, como sobre muchas otras cosas, se puede leer en la novela El amante de volcán, de Susan Sontag.
La historia de las excavaciones en Stabiat también fue bastante azarosa, el yacimiento fue descubierto en 1749 por el caballero Rocco de Alcubierre, un ingeniero a las órdenes de Carlos VII de Nápoles, que excavó con ayuda de Karl Weber entre 1749–1782, pero lo excavado termino enterrado y no fue redescubierto hasta 1950.
La entrada a la villa San Marco da una sensación de modernidad y de calma, de casa donde sus dueños han sido felices y entre cuyas paredes las risas de los niños y los murmullos de los amantes siguen flotando.
Pero en la villa Arianna es donde está el fresco más misterioso y más radicalmente vitalista. 
Los de Diana o Leda responden al tópic, son diosas o mitos conocidos, habituales en las villas romanas, y que abundan en Pompeya y Herculano, junto con las representaciones de Cupido o los frescos eróticos. Pero el fresco del que hablo, el que supuestamente representa a Flora o la primavera es otra cosa. 
En primer lugar por su sencillez y por su uso del color. Y después porque la figura femenina que representa está de espaldas y vestida con absoluta simplicidad y con cierto descuido, en su brazo derecho lleva una especie de lienzo o papel envolviendo unas pequeñas flores blancas, de una planta que está a la derecha. Las flores son un delicado juego de puntos blancos, que flotan sobre el fondo azul del fresco como pequeñas estrellas en un cielo verdiazul.
¿Quién sería el artista de esta primavera, que vivió al comienzo de los tiempos? Esa explosión del mundo en la se sumergió Plinio nos ha traído tanta belleza y tanta emoción. Todo ese dolor y toda esa  muerte nos han permitido este mágico privilegio. 


sábado, 2 de marzo de 2013

Così fan tutte, por Haneke

Este martes pasado fuimos C. y yo al Teatro Real a ver Così fan tutte, una de los drammi giocosi de Mozart. A pesar de que a mi abuela italiana le gustaba mucho la ópera y de que a mi también me gusta mucho, no he tenido muchas oportunidades de ver representaciones en directo, sí algún vídeo y también muchas grabaciones, que he elegido cuidadosamente gracias a un libro que recomiendo vivamente, El libro de la ópera grabada, de Jose María Martín Triana.

Al estímulo de ver ópera se añadía el de la dirección escénica del director de cine Michael Haneke, y las expectativas no quedaron defraudadas.

La primera cosa que me ha impresionado es la decoración interior del Teatro Real, que a pesar de su sobriedad posee una gran belleza. Nuestras entradas, cedidas por mi sobrina E. (gracias, E.), eran bastante altas en el Paraíso y es permitía apreciar la estructura y la decoración del teatro, que se considera no demasiado grande, pero que es muy hermoso y cuenta con una magnífica acústica y visibilidad.

La escenografía de la obra era magníficamente simple, con una habitación interior separada por una  gran cristalera de una terraza exterior de piedra en la que un juego de luces muy bien manejado va mostrando la luz de la luna, la del día y la noche cerrada.
La opera en sí es ya magnífica, con muchas posibilidades corales e individuales, cerca del principio se oye este Soave sia il vento que despide a Ferrando y Guiglielmo, que supuestamente parten hacia   la guerra.

La dirección escénica de Haneke está planteada de una manera muy sencilla pero al mismo tiempo muy impactante; por ejemplo los ropajes de época se mezclan con las ropas contemporáneas, y así podemos ver a Flordeligi vestida con reducido vestido rojo de tirantes y sobre unos tacones de vértigo.

En cuanto al argumento, más que comentar el juicio más o menos acertado sobre la volubilidad de las mujeres que supone, me encanta el papel de Despina, cómplice de las añagazas de Don Alfonso y llena de un cinismo de superviviente muy vitalista. Aquí podéis acceder al libreto y aquí encontrareis la Ficha técnica con el reparto.

La representación terminó pasada las 11, pero las tres horas que dura fueron un oasis de tranquilidad y armonía, aunque el miércoles sufrí la falta de sueño no me importó. Gracias a mi E. y a mi Nonna que me enseñó a amar la ópera. Y a C. por venir conmigo 

sábado, 16 de febrero de 2013

Sobre la amistad

La amistad instantánea solo existe en el jardín de infancia, cuando recién estrenamos nueva palabra y vamos preguntando ¿quieres ser mi amigo/a?. Al margen de esto la amistad que te subyuga como un flechazo amoroso es rara. Las cosas se van cocinando poco a poco, más allá de esa empatía inicial. 
Se van forjando así esos sentimientos de hermandad que van brotando a lo lago de los años de enseñanza primaria y secundaría.
Pero es en la adolescencia donde esta creación que es la amistad se convierte en algo que tiene mucha más fuerza que los lazos familiares y que llega a convertirse en algo indefinible, a veces más allá del bien y del mal y que se parece enormemente a una pasión devastadora: son tiempos en que parece que es imposible vivir sin el/los amigo/os, que te parece que nada hay igual a esa comunicación que te parece perfecta y completa.
El tiempo pasa. La lucha por la vida deja de ser el título de una novela de Baroja y se convierte en el argumento casi exclusivo de tus días. Casi, porque están los amigos y sigue existiendo ese maravilloso momento en que sientes que eres capaz de explicar tus sentimientos y entender los de tu interlocutor, y a veces, y pasado un tiempo, casi sin palabras. Y si eres competitiva por naturaleza en todos los aspectos de tu vida, el mejor sentimiento es cuando sientes que has entregado las armas, que no quieres ganar, que la victoria es del otro.Eso es sentirse vivo.
El amigo quiere el bien del otro, y hay enormes ejemplos en la cultura y en la literatura, pero quizás para mi el llanto del pétreo Aquiles a la muerte de Patroclo resume el sentimiento de la amistad de forma perfecta. Así, cuando tus amigos comienzan a morir -¡cuánto echo de menos a L. - se va muriendo algo en nosotros. En mi caso, me siento como si les hubiera fallado, porque como un modo de subir la moral a mis amigos enfermos, siempre dije mis amigos no se morían: mentira podrida, por supuesto.
Pero si hay algo que no soporto es aquella gente que a lo largo de tu vida te ha ido eligiendo para declararte su amigo de forma unilateral, olvidando que en la amistad no existen este tipo de declaraciones y que tampoco hay amistad que no sea recíproca. Quien así se declara tu amigo busca casi con seguridad cualquier otra cosa, y está en cierto modo instrumentalizandote o cosificandote, que es lo más lejano de la amistad que se me ocurre. Un amigo te conoce, sabe cuales son tus cualidades y tus defectos y te acepta como eres, te quiere justo por como eres y te deja ser tú mismo siempre.
Conforme vas envejeciendo te vas encontrando más gente que te elige con esta falsa amistad. Esto te suele hacer tanto daño que llega un momento en que te encuentras dispuesto a desaparecer, a deshacerte en la nada, que no es otra cosa que un mundo sin amigos 

viernes, 25 de enero de 2013

Paseo sentimental por Málaga

Llegas a la estación, que antiguamente tenía una fachada con mucho más encanto y andando muy poco puedes estar en lo que los malagueños de siempre llaman "la prolongación de la Alameda", concretamente en lo que luego serán los Jardines Picasso, donde los enormes ficus emocionaban antes mucho más con su frondosa y fresca espesura asilvestrada.
De la prolongación de la alameda al Paseo de la Alameda se pasa de la luz más brillante al espejear de la luz entre los grandes árboles del paseo, en cuya orilla izquierda esta la bodega, ¿o licoreria? Casa Guardia, donde se puede tomar "un flores" o "un húngaro loco" y donde también puedes comer algunos mariscos humildes, de los cuales solo recuerdo los "búsanos". En frente estada el primer colegio universitario de Letras, recuerdas, antes de que se instalase en la calle de San Agustín, donde hoy está el Museo Picaso y una preciosa torre mudéjar.
Cruzas hacia al Parque dejando a la derecha la entrada al puerto y a la izquierda la cafetería Solimar, además de la Diputación provincial. En el parque, dudas si seguir por el paseo de los curas o por los dos pasajes laterales que hay a ambos lados de la vía que lleva hacia el Paseo de Reding, Pedregalejo o el Palo. Prefieres el lateral izquierdo, en el que está la Casa del Jardinero, un pequeño pastiche que recuerda a una casita de juguete o de cuento, y la oficina de Correos. En este lado está también el Ayuntamiento, un palacete algo recargado rodeado por los jardines de Puerta Obscura, en los que ya no debe haber patos y que está a la sombra de la ladera donde se encuentra la Alcazaba.


Ya no sabes llegar a la semigruta en la que había libros o al menos bancos ni tampoco al mirador de la Alcazaba, igual que se va borrando la imagen de tu madre, se difuminan los caminos que has recorrido tantas veces. 

Entras en el paseo de Reding y a tu izquierda queda la gran manzana de un hotel, el Miramar, muchas veces reahabilitado, muerto y resucitado. Un poco más adelante está el Cementerio Inglés, que nunca llegaste a visitar y hoy tampoco es el momento.Cruzando la calle y atravesando una manzana de casas, llegas al paseo marítimo dejando atrás el paseo del faro, de cuyo recorrido sin sombra recuerdas muchos mediodías de vuelta de la playa, hasta la parada del Autobus 13, justo al lado de la Malagueta, la plaza de toros.
Decides volver sobre tus pasos por el paseo del faro, aprovechando que es invierno y el sol es un amigo que te calienta la espalda y seguir por el Paseo de los curas, con el Auditorio Eduardo Ocón y los nenúfares y esa soledad y esa paz rota solo al llegar casi al final en una zona de atracciones infantiles llenas de niños felices.
Y no entras al quiosco acristalado, ni compras pinchitos morunos, ya no está.
Si pudieras entrarías al puerto, te gustaría subirte a una barca y navegar hacia el este, hacia los baños del Carmen, Pedregalejo y el Palo, hacia las playas donde gritabas y reías con M.,J.y V. 

viernes, 18 de enero de 2013

Cabo de Gata en enero

Viajar en enero tiene muchas ventajas. Se puede ver todo con tranquilidad y con condiciones diferentes, menos calor, aunque  también menos horas de luz. En el Cabo de Gata, la temperatura en enero está entre los 16 o 19 grados, que permite darte algún baño de impresión, con el agua algo fría, pero con el sol brillando y calentando, lo que convierte el baño en una experiencia agradable.
Y además la temperatura suave permite los paseos, algunos de ellos llenos de una hermosa melancolía, como el nuestro del pasado domingo en la playa de Mosul.

Otros hermosos paseos, algo más duros, nos han llevado desde Las Negras a la playa de San Pedro, donde junto a las ruinas de un antiguo cuartel hay una colonia ecologista, con varias casas autogestionadas y uno de los pocos manantiales de agua dulce de la zona. Y una bahía de agua cristalina, verdiazul, lo mejor de todo.
Además por primera vez hemos visitado Agua Amarga y en especial la playa de los muertos, que es una playa impresionante de gravilla blanca, que está en la parte norte del parque. Hasta ahora no habíamos pasado de Las Negras, y estas nuevas incursiones han sido muy estimulantes.
Concretamente, la playa de los muertos es una playa recta con dos grandes rocas al lado derecho, a la que se accede bajando por unas empinadas laderas, lo que no ha conseguido eliminar del todo la llegada de los vándalos, que abandonan en la playa archiperres de pesca, litronas, cajas de tabaco vacías o bolsas de frutos secos.
Aún así, esta playa impresiona, tanto avistada desde el mirador que hay en su extremo izquierdo como ya a pie de costa, con esa suave grava blanca que permite tenderse fácilmente, pero que convierte el andar o correr por ella en un difícil ejercicio.

Aprovechamos un día de viento y lluvia para andar desde la Barriada de Cabo de Gata hasta El Pocico, un pozo utilizado desde época romana y que esta cerca de la ermita de la Virgen del Mar y de la torre de vigilancia de Torregarcia. A lo largo del recorrido, a parte de la visión un poco negativa de un viejo bunker de la guerra civil, está la playa del Charco y el propio charco, en el cual anidan gran cantidad de aves marinas, y permiten a nuestros perros C y C. un baño menos salado y mucha diversión, cosa absolutamente habitual para ellos. Y eso que el viento soplaba a placer.
Y ya toca volver, y retomar las rutinas y los problemas, dejar a un lado este paréntesis de sol y de olvido, aunque se trate más bien de un recuerdo atenuado o dorado por luz tranquila de estos días