jueves, 31 de diciembre de 2009

Desasosegante


Acabo de terminar un libro que me ha impactado y me ha resultado profundamente desasosegante.
Se trata de una obra que la propaganda editorial vende como una novela de amor, pero que yo creo que es mucho más, es un punto de vista nuevo sobre la Guerra Civil y la II República, o quizás no nuevo, sino integrador, diferente, no sé que adjetivo utilizar...
He crecido leyendo libros sobre esta época; los primeros, muy, muy pronto, aconsejados por mi padre, hablaban de checas y de "paseillos" y de "gente de orden" acosada por "las hordas marxistas". Cuando eres niño  sólo quieres saber quienes son los malos, pero aún así yo siempre tenía dudas.
Y las dudas crecen y crecen, no es verdad que al hacerte mayor crezcan las certezas, o por lo menos no en mi caso.
Después he leído otras obras de ficción sobre esa época, desde Por quién doblan las campanas, hasta el último Winter in Madrid, este último más bien de la época de la postguerra.
Este libro es diferente, no solo porque supuestamente es una historia de amor (que lo es, y muy hermosa), sino porque sitúa el cataclismo en un contexto esperanzador y progresista en el que parece que todo va por fin a cambiar, que este país va a poder cambiar el atraso por bienestar y justicia. Es curioso que una de las cosas que te hacen reflexionar es la terrible ausencia de ciertas tecnologías: aviones para cruzar el Atlántico, televisión, radio, móviles, y no digamos ya Internet.
Muñoz Molina pone en la voz de algún personaje que Hitler había ganado las elecciones porque se le había visto mucho, porque se movía con aviones, frente a sus oponentes y a los políticos en España, que se movían en con medios de transporte más anticuados.
Luego, ya en la propia guerra, que fue una guerra de desinformación y/o propaganda, un sentimiento generalizado de los personajes es la de no saber qué pasa, a pesar del bombardeo opresivo de información y de consignas, en el río de informaciones contradictorias, sesgadas, interesadas... Ni tele, ni radio (no como la entendemos ahora), casi sin teléfono, puesto que las líneas funcionan intermitentemente; los individuos solos enfrentados a sus miedos y al ruido y la furia de la propaganda y la violencia.
Así como no hay en este libro buenos y malos (o los hay, pero de otra forma), tampoco hay buenismo. Los personajes no son héroes, hacen lo que pueden, se limitan a vivir como la encina de Machado: Con esa humildad que cede/Sólo a la ley de la vida, /Que es vivir como se puede.. Esto es de agradecer, porque respecto a esta guerra infinita que es la Guerra Civil, hay un buenismo estomagante. Hace poco he leído una anécdota  que me ha encantado sobre una niña más o menos de mi generación de familia progresista o republicana que preguntaba a sus familiares qué habían hecho en la guerra, si habían matado muchos malos; como todos le decían que no, que ellos no habían matado a nadie, la niña había llegado a la conclusión de que por eso los leales a la República habían perdido la guerra, porque mataban poco.
Pero no, eso no fue así, se mató mucho, por ambos bandos , y se mató mal, chapuceramente, pueblerinamente, como si hubiera ganas antiguas...
Otro de los sentimientos que afloran en esta obra es el de la pena por la ineficacia general del país. En la primera parte de la obra, como el protagonista es un arquitecto del equipo que dirige la construcción de la Ciudad Universitaria de Madrid se habla de las constantes interrupciones del trabajo, en parte por las huelgas, pero también por problemas burocráticos y tecnológicos; se habla de desmontes hechos a golpe de pico y pala. Esta ineficacia contrasta con lo que ven los personajes en el extranjero, en Alemania en Weimar, en la Bauhaus, donde Ignacio Abel acude becado, o en Estados Unidos, donde recala después de un viaje alucinante huyendo de Madrid. Estos escenario distintos de la España del 36 sirven para enfrentarnos con dos realidades chocantes: la primera la diferencia entre las mujeres de dentro y de fuera del país; el personaje Ignacio Abel describe a su amante Judith Beily como un ser soberano de si mismo, y eso es una novedad para el lugar y la época.
El otro aspecto es el que menciona el personaje de Negrín, mucho del atraso endémico de los españoles en esos años es una cuestión física, solucionable con unos años de buena alimentación. Por eso da una pena tremenda oir a Negrín soñando con un poco de tiempo para poder hacerlo, rogando que sus adversarios y sus propios correligionarios concedan al país un poco de tiempo para que se pueda realizar el cambio. Pero esa vez no pudo ser.
Como se cuenta en esta obra La noche de los tiempos, la Ciudad Universitaria se destruyó antes de ser terminada , y sobre sus ruinas se volvió a construir otra. Toda una metáfora del país del despilfarro.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Adiós a un buen compañero

Me retaste a que escribiera sobre ti en mi blog, y soy de una generación con un punto de competitividad y con el propósito vital de no eludir ningún reto.
El primer día después de tu partida supongo que ha sido peor para MJ, L, A y F, y aun así yo te he echado de menos un montón, y eso que trabajo no nos ha faltado, como sabes. Supongo que a tí te habrá pasado lo mismo, porque hemos pasado juntos unos tres años ¿no? muy intensos.
Ya no te voy a halagar más los oídos, como tu dices "irse es como morirse, todo el mundo dice: ¡con lo bueno que era!". Pero sí quiero resaltar una vez más tu buen carácter, quizás porque yo carezco de él. Eres buen compañero incluso para los jefes y eso no es frecuente. Ahora sí, siempre les llevas la contraria, quizás solo por una cuestión de higiene mental, que no está nada mal.
Voy a terminar mandándote un enlace que creo que te gustará a la serie The Wire, que tú me diste a conocer y que ahora sigo bastante de cerca. Me encanta el tema musical Down in the hole, puedes oírlo en este enlace de la Wikipedia
Y de postre el Viatge a Ítaca
Bon viatge pels guerrers que al seu poble són fidels.
Afavoreixi el déu dels vents,
el velam del seu vaixell.
I malgrat llur vell combat,
tinguin plaer dels cossos més amants.
Omplin xarxes de volguts estels,
plens d'aventures, plens de coneixença.
Bon viatge pels guerrers, si al seu poble són fidels.
Que el velam del seu vaixell,
afavoreixi el déu dels vents.
I malgrat llur vell combat,
l'amor ompli el seu cor generós
trobin els camins dels vells anhels,
plens d'aventures, plens de coneixences.
I malgrat llur vell combat
tinguin plaer dels cosos més amants.
Omplin xarxes de volguts anhels,
plens d'aventures i de coneixences.

Ya sabes, te esperamos, "plens d'aventures, plens de coneixença".

domingo, 20 de diciembre de 2009

La Nochebuena se viene, la Noche buena se va


Creo que ya todo quisqui sabe lo poco familiar que soy, porque entre otras cosas lo he contado aquí varias veces. Pero la Navidad es una ocasión para el recuerdo y es imposible recordar la niñez sin recordar a la familia.  Aunque parecerá raro a los que me conocen, yo he cantado cuando era pequeña villancicos con mis hermanos, mis tíos y mis primos, delante de un nacimiento y con zambombas y almirez y quiero decir que en mi recuerdo creo que no sonaba ni mal, mis tías eran muy profesionales del asunto y lo hacían con mucho sentimiento.
El resto, los más pequeños, desafinábamos como podíamos y preguntábamos el sentido de las letras: ¿Por qué se alquilan en el cielo balcones para un casamiento?, ¿qué quiere decir pero mira como beben los peces en el río? ¿Beben los peces? y otras preguntitas semejantes.
Recuerdo que este villancico del título del post lo entendías muy pronto, no sé si con alguna ayuda o no. Se refiere es que pasan las nochebuenas y hay gente que ya no está ... 
No todos los años falta alguien, pero este 7 de diciembre se ha ido mi tío Aldo, el hermano de mi madre, un hombretón con el que no he tenido mucho trato  (por ejemplo, al pertenecer a la rama italiana de la familia, jamás le he visto cantando villancicos, y en Navidades rara vez nos reuníamos), pero aún así recuerdo su voz llamando Mamma a mi Nonna, mi abuela materna, y su bromas y su sonrisa.
Poco sé de él aparte de los "datos técnicos": una esposa española, mi tía Sole, y cinco hijos, cuatro chicos y una chica. Trabajó, creo, como empresario en Marruecos y vivió entre Málaga y Tetuán. En sus últimos tiempos dicen las crónicas familiares que le gustaba perderse por África, aunque parece algo difícil para una persona ya bastante mayor. De todos modos, sea o no cierta esta leyenda, reconozco que me gusta, le añade misterio a la vida de mi tío, que en mi imaginación infantil era todo un héroe, no sé si por vivir en África o porque le gustaba cazar jabalíes. También era gracioso que fuera el hermano pequeño de mi madre ese señor tan alto y con una estructura ósea tan tremenda.
En fin, todos tendremos un día una biografía tan esquemática como la que doy aquí de mi tío Aldo Piano Bettini, y quizás lo único importante sea que hayamos sido buenas personas y que algún niño nos recuerde con cariño y nos lleve consigo mientras viva.


miércoles, 4 de noviembre de 2009

De Quevedo, para Paco (gracias, Ricardo)

Retirado en la paz de estos desiertos,
con pocos, pero doctos libros juntos,
vivo en conversación con los difuntos
y escucho con mis ojos a los muertos.

Si no siempre entendidos, siempre abiertos,
o enmiendan, o fecundan mis asuntos;
y en músicos callados contrapuntos
al sueño de la vida hablan despiertos.

Las grandes almas que la muerte ausenta,
de injurias de los años, vengadora,
libra, ¡oh, gran don Iosef!, docta la emprenta.

En fuga irrevocable huye la hora;
pero aquélla el mejor cálculo cuenta
que en la lección y estudios nos mejora.

martes, 3 de noviembre de 2009

El plan E, Prisma y otras arrancadas de caballo andaluz

En Collado Mediano no sé si hay alguna actuación del plan E estatal, sí que ha comenzado hace poco una incluida en Prisma, de la Comunidad de Madrid. En general no suelo hablar de estos temas porque carezco de la suficiente información como para estimar su bondad o maldad...
Pero si me gustaría hacer alguna reflexión genérica, como la de que el dinero en general se va en crear cosas nuevas (más o menos importantes) y no en mantener y mejorar las ya existentes. Eso ocurre con todo y es especialmente flagrante con las carreteras: se crean nuevas carreteras, pero las que ya existen no se mantienen debidamente. Y para mi es especialmente llamativo lo que ocurre con los jardines o el ajardinamiento de determinadas zonas, es decir, se gasta mucho dinero en plantar, sembrar, poner riego y muy poco en mantener lo sembrado y plantado y en controlar que el sistema de riego no sufra el habitual ataque de los vándalos, que sin ningún beneficio de ningún tipo asolan las tuberías y destrozan todo el circuito, consiguiendo además que se pierdan muchos litros de ese agua por el que sufre medio planeta.
Aquí se diseñó una avenida camino de la estación de trenes, que además ha sufrido el asalto de los ladrones de plantas, de los que ya hablé en otro post, y a dos años vista el resultado es desolador.
Una de las obras planteadas está destripando las aceras del Paseo de los Rosales, creadas hace muy poco, en apariencia solo para añadir unas jardineras; se trata de método disuasorio para evitar el aparcamiento sobre la única acera del pueblo de tamaño superior a los carros de la compra o los coches de niños. Puede ser que a esa operación estética acompañe alguna modificación o mejora de conducciones soterradas, pero lo de las jardineras calienta un poco la opinión general, y más teniendo en cuenta que si no se mantienen debidamente, de aquí a unos meses se convertirán en papeleras o simples vertederos. Me encantaría que nos equivocáramos todos y que se convirtieran en pequeños jardines que nos alegren la vida.
He estado en Torrox, allí el clima benéfico permite sortear mejor estos obstáculos y hay lugares llenos de flores que alegran el corazón y ayudan a sobrellevar cualquier crisis. No pienso que en Málaga se lleve una mejor política, que se mantengan mejor lo creado, sólo que en cuestión de plantas el medio es menos extremo y contrarresta los aspectos nocivos.
Pero es casi una queja filosófica e ilustrada por el refranero: arrancada de caballo andaluz y parada de yegua manchega. Así es muy difícil cambiar las cosas, o mejor dicho mejorarlas. Cambiarlas es fácil, lo difícil es hacerlo para mejor.

viernes, 30 de octubre de 2009

Poema de Unamuno para Andrés

Leer, leer, vivir la vida

Leer, leer, vivir la vida
que otros soñaron.
Leer, leer, leer, el alma olvida
las cosas que pasaron.
Se quedan las que quedan, las ficciones,
las flores de la pluma,
las olas, las humanas creaciones,
el poso de la espuma.
Leer, leer, leer; ¿seré lectura
mañana también yo?
¿Seré mi creador, mi criatura,
seré lo que pasó?

Miguel de Unamuno(Cancionero, publicado póstumamente en 1953)

sábado, 22 de agosto de 2009

Familia

Nunca sabremos a que se debe el prestigio del término o el concepto. Puede entenderse como la agrupación de individuos más primitiva y así sentirse en oposición al concepto de humanidad o incluso cargarse de sentidos peyorativos, como sociedad de apoyo mutuo frente al bien común o el bien de los que no son de la familia, con cierta similitud con la "familia" mafiosa. Se trata de un asunto manipulado por todos con los fines más diversos y cuya fuerza ha sido para mi un misterio. Nunca he sido muy familiar, siempre he discutido el valor de este grupo. Una amiga me dijo hace tiempo que la familia era el grupo en el que uno podía sentirse bien, porque todos conocían tus puntos flacos y tus puntos fuertes. Según esto, no sé si entenderla como una sociedad que tiende al conservacionismo: si todo el mundo sabe ya tus defectos y se aceptan, ¿para qué mejorar?. Con toda seguridad estoy siendo reduccionista y simplificando un problema complejo, pero es que nunca he entendido muy bien ese amor, aunque no por eso he dejado de sentirlo.
Curiosamente, cuando uno es joven tiende a ignorar y menospreciar a la familia y sus componentes, dándole al grupo conscientemente elegido, los amigos, toda la importancia y el valor que en teoría se debería dar a la familia. Con un poco de suerte, eliges a algunos de tus familiares como amigos y vives hacia ellos la misma incondicionalidad que hacía los amigotes.
El tiempo pasa, y poco más o menos cuando uno se ha convertido en todo lo que odiaba, empieza a buscar el refugio de la familia carnal (mientras ha entrado en juego otro elemento perturbador, la llamada familia política, ejercicio impuesto de diplomacia del que es difícil salir bien parado). Entonces uno empieza a encontrar los antiguos defectos familiares como interesantes y deseables. Mientras, y desgraciadamente tus padres han muerto y no pueden disfrutar de esta tardía reconciliación con el núcleo familiar.
Total, que es un lío casi tan grande como existir el entendimiento de los sentimientos que nos embargan con respecto a la familia. Y eso sin entrar en la parte de la familia que supuestamente tú eliges, la pareja y sus adjuntos.

sábado, 25 de julio de 2009

Libros de sol y agua

Me resisto a llamarlos libros de piscina para evitar considerarlos de evasión. Son libros que he leído en estos días de julio, más largos de luz y de calor. Pero ha sido así como podría haber sido de otro modo: podía haberlos leído en los días sin luz de noviembre, en fines de semana de chimenea, lluvia o nieve.
Esta vez se trata de tres títulos, como siempre totalmente diferentes. El que leí en primer lugar fue Dientes de leche, de Ignacio Martínez Pisón, del que ya he leído otro título hace bastantes años, La ternura del dragón. Dientes de leche es la historia de una saga familiar, los descendientes de Raffaele Cameroni, voluntario franquista que se establece en Zaragoza y del que se nos cuenta su lucha por la supervivencia, el nacimiento de sus hijos y la vida y los amores de éstos, y de algunos de sus nietos. Hay personajes tan curiosos como el de Pilar o el de la tía Milagros, así como el de Elisa, que me parece que representa muy bien el arrojo de una determinada generación de mujeres españolas. El autor agradece a su amigo Félix Romeo que le haya prestado un recuerdo de familia, pero la novela no es un mero ejercicio de nostalgia, sino que se trata de un retrato de una época bastante bien hecho.
El siguiente libro es la segunda obra de Khaled Hosseini traducida al español, Mil soles esplendidos (al parecer el título está basado en un verso de Saib-e-Tabrizi sobre Kabul que dice: "Eran incontables las lunas que brillaban sobre sus azoteas,/ o los mil soles espléndidos que se ocultaban tras sus muros"). Si en Cometas en el cielo se hablaba del Afganistan emigrado, aquí el autor nos cuenta los avatares de los afganos que se quedaron en el país fundamentalmente en Kabul. El argumento central es la historia de Marian, una harami (bastarda) y de Laila, la hija de un profesor liberal, y del marido de ambas, el zapatero Raschid, y de Tariq, el amor de Laila y el padre de su hija Aziza. Se trata de un argumento folletinesco si no fuera por Kabul y Afganistán: la vida de las dos protagonistas se ve arrasada por las bombas y las luchas primero contra los soviéticos y luego contra los talibanes. Novelas como estas nos enseñan que Afganistán fue un país pujante y vitalista, machacado por los diversos integrismos. Y que Kabul debe ser una hermosa ciudad.
La última lectura es La playa de los ahogados, una novela policíaca de Domingo Villar, que narra un caso de Leo Caldas, un inspector gallego cuyo carácter refleja muchos de los estereotipos sobre esta región: callado, socarrón y melancólico, nunca da respuestas univocas...
La historia es la de un ahogado que se supone que se ha suicidado atándose las manos para evitar nadar. Pero Leo Caldas descubre ciertas inconsistencias en esta tesis y va destapando historias de culpas y crímenes antiguos, centradas en tres tripulantes de un viejo barco, el Xurelo. Como contrapunto a un personaje tan esquivo como Leo Caldas, su ayudante aragonés Rafael Esteve ejerce de policía bruto que quiere arreglarlo todo de forma drástica. Las relaciones familiares de Leo (su ex-mujer Alba, su padre, su tío enfermo y su amigo Trabazo, médico retirado amante de la mar) sirven de fondo, un fondo difuso en el que se mezclan el mar y la vida de los pescadores tanto como aspectos del cultivo de la viña en Galicia y unos programas de radio que el inspector realiza semanalmente y en los que suele limitarse a tomar nota de las quejas sobre la policía de los ciudadanos.
Uno de los aciertos de la novela es la recreación de ambiente marítimo gallego, brumoso y lluvioso, cuando no tempestuoso, y que a mi me ha despertado el apetito de lectura de la primera novela de este autor, llamada Ojos de agua.
Sigo leyendo, dos obras al mismo tiempos: Memorias sentimentales de un miliciano rojo (1936-1939), de Justo García Melero, un bibliotecario que conocí ligeramente cuando comencé a trabajar en la BNE y una novela en ingles que es traducción de una española que jamás hubiera leído de no sugerirmelo y prestarmela I., mi profesora de inglés preferida.

miércoles, 8 de julio de 2009

Mientras llegan las vacaciones


Esta vez quiero hablar de tres libros, uno de ellos muy esperado y del que se ha hablado mucho, y los otros, sorpresas del camino.
El "esperado" es el tercero de Millenium La reina del palacio de las corrientes de aire, del que solo quiero decir que su lectura ha sido tan emocionante como la de los dos anteriores y que realmente apetecería poder leer algunas obras más de este autor. En este último se produce un desenlace que otorga a cada cual su merecido (eso que solo ocurre en los libros), pero en
cierto modo Stieg Larsson deja abierta la posibilidad de retomar la historia de los protagonistas. No sabía que afuera (en el mundo real) le esperaba la implacable, la inmisericorde muerte.
Los otros dos libros son regalos inesperados, encontrados al azar en el apartado Novela policíaca de unos grandes almacenes. Me ha gustado mucho el contraste entre ellos, una es una novela de una autora sueca, Åsa Larsson, Aurora boreal y otra es de una autora india Kalpana Swaminathan, Los crímenes de Ardeshir Villa.
La primera recrea un ambiente opresivo, donde lo religioso se convierte en lucha de intereses y secretos, con un horizonte cerrado de hielo y nubes y unos personajes complejos y atormentados, que me recuerdan al cine de Ingmar Bergman, llenos de sentimientos reprimidos y de traumas ocultos.
La segunda es más ligera, narra la historia de una fiesta de varios días en una Villa con asesinatos y lluvias torrenciales incluidos.
Uno de los protagonistas es un cocinero que reivindica la cocina india casera y a lo largo de toda la novela van desgranándose un sinfín de recetas exóticas. La novela debe mucho a Agatha Christie, como en las obras de ésta hay na lista inicial de personajes y un plano de los dos pisos de la villa Ardeshir. La protagonista es Lalli una policía retirada a quien sus colegas recurren para resolver casos difíciles . Es inmediato pensar en Miss Marple, pero Lalli tiene un componente oriental que atrapa. Como único inconveniente, la traducción no es muy buena, a mi parecer.
Y ya está, mientras llegan las vacaciones, que parece que no van a llegar nunca, y sin limitaciones de tiempo, de dinero o logísticas, he viajado de Kiruna a Bombay, del norte más extremo al sur mas remoto, y me he aislado de la ciénaga de pequeños y grandes problemas que es hoy siempre nuestra vida. Se trata de una evasión en toda regla que deja atrás las muchas cárceles que nos fabricamos nosotros mismos. Y también es una lucha contra el silencio que nos impone la vida: podemos oír otras palabras distintas de las nuestras.






sábado, 13 de junio de 2009

Puente con lectura

Como siempre y en cualquier sitio, un libro atrajo mi atención. Esta vez era El lector, de un autor que no conocía hasta ahora, Bernhard Schlinnk. Es una novela corta, de unas 200 páginas, que cuenta como un chico de 15 años tiene una relación erótica con una mujer de 36. Pero más que de esta relación, que sin embargo está muy bien narrada, la historia trata del sentimiento de culpa generalizado en los alemanes que vivieron en la época de Hitler y de sus campos de concentración y exterminio. Una época que demostró una vez más lo fácil que es mirar hacia otro lado cuando las cosas se ponen feas. Como ocurre hoy con África, por ejemplo.
Además es una historia de la lectura, la educación y la cultura, como redentora de todos los males, incluso estos tan tremendos. La historia de Hanna y Michael se hace al final tan humana, tan rica...
No quiero revelar cuál es el mecanismo que permite que Michael Berg seguir intensamente unido a la antigua guardiana de campos de concentración, su amante adolescente. Es una forma de comunicación tímida, llena de sentimiento de culpa y de otros muchos sentimientos contradictorios.
Pero que consigue devolverle la humanidad robada a Hanna, que en el fondo no es más que otra víctima más. 

jueves, 28 de mayo de 2009

Novela inacabada o novela abierta

Ayer por la tarde, con un sentimiento de cierto desconsuelo, he terminado una novela de 1125 páginas que se me ha acabado en un abrir y cerrar de ojos: 2666, de Roberto Bolaño, su última novela, publicada después de su muerte en el 2003. La discusión técnica es si se trata de una novela inacabada, es decir, que Bolaño no tuvo tiempo de terminar, o de una novela "abierta", es decir cuyo final está expuesto a los sueños y las interpretaciones de sus lectores.
Me da igual. Para mi se trata de una novela que se cierra como un círculo, a pesar de estar compuesta de 5 novelas: La parte de los críticos, La parte de Amalfitano, La parte de Fate, La parte de los crímenes y La parte de Archimboldi. Cada una es muy diferente a las demás, pero todas tienen una característica común, te vas metiendo tanto en las historias que cuando se acaba cualquiera de ellas y comienza la siguiente, siempre te da pereza entrar en el nuevo mundo que describen, atrapado por la ensoñación de la anterior. Una misteriosa línea argumental se va dibujando a través de estos fragmentos diversos, que comienzan con las vidas entrecruzadas de cuatro críticos literarios enamorados de autor escondido, Berto von Archimboldi, del que apenas se conoce más que sus obras, escritas en alemán y la editorial que las edita, la editorial Bubis de Hamburgo. Esta primera parte es la más intelectual, acaba con la visita de los críticos a México, donde al parecer se ha trasladado Archiboldi, y donde son agasajados por Amalfitano un profesor de universidad chileno con una hija de 17 años, Rosa. Ambos viven en Santa Teresa, una ciudad del mexicana del norte, que se ha interpretado como una metáfora de Ciudad Juarez.
La siguiente narración comienza cuando un periodista de Chicago, Fate, afroamericano que trabaja en una publicación concienciadora llamada Amanecer negro, se traslada a Santa Teresa para escribir sobre un combate de bóxeo entre un norteamericano y un mexicano. Allí se entera de que la ciudad se comenten frecuentes crímenes de mujeres y entra en relación con la hija de Amalfitano, Rosa, salvándola de una situación bastante equívoca y sobre todo peligrosa.
La tercera parte es quizás el núcleo de la obra. Se centra en los crímenes de Santa Teresa y su estructura objetiva, narrando el horror de la acumulación de crímenes de mujeres, previa violación y tortura, crean un ambiente asfixiante, lleno de supuestas verdades que luego son mentiras, con detenciones definitivas y vueltas a empezar. En algún momento se dicen dos frases significativas, que en México nada termina realmente, y que "en estos crímenes se esconde el secreto del mundo"; esta última afirmación la hace un personaje muy curioso, una adivina y recogedora de hierbas medicinales. Esta parte termina abruptamente, con algunas detenciones de posibles culpables, entre las que figura la del dueño de una tienda informática, de origen alemán, Klaus Haas.
En último fragmento se cierra en cierto modo el círculo. Es la historia de Hans Reiter, un niño prusiano lariguirucho como un alga y al que le gusta tanto el mar que en varias ocasiones está a punto de perecer ahogado por prolongar demasiado sus inmersiones. Este niño, hijo de una tuerta y de un cojo, crece y hace la guerra con los alemanes de Hitler, mata a un empresario asesino de judíos y tras la guerra comienza a escribir y se convierte en Benno von Archimboldi.
El argumento se cierra, pero la obra no es solo el resultado, es el camino, su descripción de los paisajes y los hechos, y también de las personas. La historia recorre casi entero el siglo veinte en la Europa convulsa entre el facismo y el comunismo y la vida y la muerte en la frontera entre México y Estados Unidos.
Creo que voy a seguir a Bolaño durante mucho tiempo, los dos libros suyos que he leído me han abierto el apetito lector.


domingo, 24 de mayo de 2009

Es domingo y toca poesía

LOS PERROS ROMÁNTICOS

En aquel tiempo yo tenía veinte años
y estaba loco.
Había perdido un país
pero había ganado un sueño.
Y si tenía ese sueño
lo demás no importaba.
Ni trabajar ni rezar
ni estudiar en la madrugada
junto a los perros románticos.
Y el sueño vivía en el espacio de mi espíritu.
Una habitación de madera,
en penumbras,
en uno de los pulmones del trópico.
Y a veces me volvía dentro de mí
y visitaba el sueño: estatua eternizada
en pensamientos líquidos,
un gusano blanco retorciéndose
en el amor.
Un amor desbocado.
Un sueño dentro de otro sueño.
Y la pesadilla me decía: crecerás.
Dejarás atrás las imágenes del dolor y del laberinto
y olvidarás.
Pero en aquel tiempo crecer hubiera sido un crimen.
Estoy aquí, dije, con los perros románticos
Y aquí me voy a quedar.

viernes, 15 de mayo de 2009

Quienes éramos

Hace unos días se ha muerto Antonio Vega, del que apenas sé nada
más que algunas letras de canciones que me han emocionado.
Para algunos representa los 80 y la movida madrileña. Para mi es 
un ingenuo más que quería comerse el mundo y al que el mundo se comió
Pero ha dejado un bonito cadáver, sus canciones, entre las que para 
mí destaca la incluyo en este post, cantada magníficamente en su momento 
por Luz Casal

Una décima de segundo
 
Un momento en una agenda, 
una décima de segundo más 
vuela, 
va saltando de hoja en hoja, 
mil millones de instantes de que hablar. 
Una ráfaga de aire frío 
un molino de viento hace girar, 
sigue, 
va rodando sobre su eje 
describiendo una trayectoria más. 

Y es que no hay nada mejor que imaginar, 
la física es un placer. 
Y es que no hay nada mejor que formular, 
escuchar y oír a la vez. 
Mide el ángulo formado por ti y por mí, 
es la solución a algo muy normal aquí. 
Ahora tú no dejes de hablar, 
somos dos relatos y un par, 
incógnita que aún falta por despejar. 

Busca un libro que diga Cómo, 
luego otro que se titula "Así", 
sigue 
un tercero llamado "Nada" 
es la fórmula de un círculo sin fin. 

Y es que no hay nada mejor que remover 
el tiempo con el café. 
Y es que no hay nada mejor que componer 
sin guitarra ni papel. 
Paralelas vienen siguiéndome, 
espacio y tiempo juegan al ajedrez. 
Ahora tú no dejes de hablar. 
Incógnita que aún falta por despejar. 
Y es que no hay nada mejor que remover...


Fue un tiempo muy curioso, en el que todo estaba en ebullición y existía 
un sentimiento de que todo era posible y de que la libertad era infinita. 
Ya lo dije, éramos unos ingenuos, cada uno a su manera, y también 
probablemente unos inconscientes y descerebrados, pero fue un tiempo 
bastante estimulante y los de ahora me lo parecen menos .
A todos los que lo vivimos nos queda el regusto agridulce de la nostalgia
de todo lo bueno y el rechazo de lo que se llevó por delante a tanta gente
Cualquier tiempo pasado no fue mejor, sólo es mejor su nostalgia

lunes, 27 de abril de 2009

De detectives asilvestrados y poetas real-visceralistas

He terminado una "novela río", llena de historias y con una estructura narrativa muy curiosa. Se trata de Los detectives salvajes de Roberto Bolaño, una novela atípica de más de 600 páginas que narra las peripecias de dos poetas "real-visceralistas" y de infinidad de personajes del mundo literario y del mundo (más o menos) real: una culturista treintañera, un nazi, un fotógrafo argentino, una enfermera catalana, varias chicas de buena sociedad (judías, mexicanas y anoréxicas)... 
Y los escenarios también son miles: México DF es el central, pero en este libro está México entero, con Sonora y el desierto, y Barcelona, París, Roma, Tel Aviv, California. Y África, entera.
También entre los personajes hay dos centrales, Arturo Belano (chileno que intenta volver a su tierra cuando el golpe contra Allende) y Ulises Lima, y a su alrededor varios círculos concéntricos: Quim y sus dos hijas María y Angélica, el joven y erudito poeta García Madero, Lupe la prostituta salvada de su padrote (chulo) y la pareja de poetas Jacinto Requena y Xóchitl García. Y en este primer círculo está también Cesárea Tinajero, una presencia constantemente ausente que sirve de hilo conductor de la historia de estos dos detectives-poetas.
Hay otros círculos de personajes, con parejas y amigos de Arturo y Ulises en Barcelona, en Tel Aviv y a lo ancho de Francia y en la vendimia en el Rosellón.
El carácter, las circunstancias y los afanes de estos dos detectives van evolucionando a lo largo de la novela, de modo que los impetuosos jóvenes que buscan a la poeta Cesárea Tinajero van envejeciendo y perdiendo sus ambiciones literarias y vitales; al mismo tiempo que se muestra su deterioro físico, fruto de sus muchos excesos,  se hace una crítica feroz del panorama literario de México y de España.
El lenguaje de Bolaño está lleno de americanismos, de localismos mexicanos, pero se adapta a la clase social y las características de los personajes. Y toda la historia tiene un sentido del humor enorme, a menudo cargado de un dramatismo y una emotividad casi enfermizos. Ambos extremos están hermosamente trabados.
La estructura es especial y el término que mejor podría definirla es el adjetivo sincopada. La obra está dividida  en múltiples párrafos o apartados que siempre comienzan con el nombre del personaje y el lugar en que se desarrolla la acción (o la reflexión). Algunos apartados contienen auténticas historias completas, pero la suma de todas ellas constituye una unidad muy peculiar, que atrapa al lector como toda gran literatura.
Roberto Bolaño era chileno y murió en el 2003, justo a a los 50 años, dejó muchas novelas buenas; entre ellas Los detectives salvajes, que es un buen exponente y que recibió el Premio Herralde de novela en 1998. Como muchos de sus personajes, Bolaño debió de sufrir las desgracias de muchos sudamericanos emigrados a España, y ejerció los más diversos oficios y vivió una vida difícil. Su novela me recuerda de algún modo a Bajo el volcán, no sé por qué.
Nuestro club Macondo esconde mil tesoros, como cualquier conjunto grande o pequeño de libros, lástima que no incluya 2666, otra de las grandes novelas de Bolaño que me gustaría leer.

sábado, 25 de abril de 2009

Imágenes de las cuatro torres





Hoy casi no voy a escribir, solo voy a poner algunas fotos de los cuatro rascacielos de Madrid, que han terminado por conquistarnos a todos, incluso a los más reacios a su encanto.

sábado, 11 de abril de 2009

La muerte, parte de la vida, y un libro

Inducida por un artículo en el EPS de la pasada semana he leído mi primera obra de Haruki Murakami. También me ha influido la buena opinión de mis dos amigos de blogs, R. y M., y admás que estaba en Macondo para comenzar con Tokyo Blues: Norwegian wood. 
A pesar de todas las opiniones favorables, no me ha gustado demasiado. Se trata de una obra demasiado adolescente y encuentro que ese es uno de los males de nuestra época, el que toda la sociedad se resienta de esta edad del pavo permanente, cargada de un hedonismo simplón y de una inconciencia que se permite jugar incluso con la idea de la muerte y del suicidio. Cuando leo estas historias poco creibles siempre me acuerdo de la frase de mi nonna Barbara, que decía " vi puzza il benessere", algo así como os apesta el bienestar.
Y también "os apesta" la juventud, es fácil juguetear con la idea de la muerte si uno tiene 20 años, la carne firme (que decía Serrat), y la sangre fresca. Pero morir no es una broma, es el fin de todas las bromas, y de todo lo serio, de todo lo que soñamos y de aquello de lo que disfrutamos.
Mayor, pero lleno de amores y de intereses se ha muerto el padre de R., un hombre que enseñó bien a sus hijos y a sus nietos a ser honrados y buenos y que disfrutó siempre de su amor a la sabiduría y a aprender cosas, especialmente de su pueblo, Madrigal de las Altas Torres y que por este cariño y su afán de conocer, fue internauta tardío. Como ocurre a menudo no pude estar con R. sujetando su corazón desbocado y echando una mano en lo que se pudiera, pero igual estaba mi voluntad y mi mente con ella, en estas fechas de celebración de la muerte tan curiosamente oportunas.
Morir no tiene ninguna gracia, y deja solos a los que queremos.

jueves, 2 de abril de 2009

Serendipidad lectora

Me gusta leer en y por el camino. Es decir mientras viajo en tren y lo que encuentro inesperadamente en mi vida cotidiana. Lo bueno de ser ya talludita es que ya no tengo que crearme un acervo cultural ni nada de eso. pero vamos, que siempre he leído lo que se me antojaba, además de lo obligado.
Mis días están cercados de libros como objetos físicos que no puedo abrir y a menudo tampoco los veo ni los toco aunque siempre estén ahí (sus representaciones, los registros; su casa, la biblioteca; su música, las palabras).
Pero siempre hay un momento en que puedo tocarlos, hojearlos, leer solapas y contraportadas y quedarme prendada de una idea, un ambiente, un personaje... No importa lo poco selecto que sea el dispensador de libros: un supermercado, una de esas horribles máquinas expendedoras de libros, raro es el lugar donde entre muchos otros yo no encuentre alguna historia afortunada que me arregle el día.
Mientras se produce este fenómeno, esa serendipidad, voy leyendo otras cosas que ya he leído en otro idioma, aunque con menor entusiasmo. Así estaba yo la semana pasada, con The Corfú trilogy de Gerald Durrell y otros libros en inglés, cuando en una visita al super, entre otros mil libros me tocó la frente uno, Lo que perdimos, de una joven autora que no conocía de Catherine O'Flynn. En la contracubierta contiene una pequeña reseña que habla de una pequeña detective desaparecida, Kate Meany, "solitaria y perspicaz" y de un centro comercial en Birmighan, Green Oaks.
Es una historia de intriga, se dice, de fantasmas. Pero yo lo he leído como una historia de soledades y de vidas apagadas y equivocadas. Los personajes son vulgares, un guardia de seguridad con una padre a la vieja usanza, una ex punk que ahora trabaja en una tienda de discos, su hermano el licenciado sin aspiraciones...
Hay un misterio que resolver, cómo desapareció Kate y por qué se aparece en el centro comercial, pero es sobre todo la novela de la soledad de la invisibilidad (y también de su contrario, el sentimiento de ser siempre observado)
Y también el paisaje es el protagonista, un paisaje arrasado de las afueras de las ciudades, donde las naves industriales están siendo sustituidas por los centros comerciales y por las nuevas zonas residenciales. Se trata de una belleza raída de fin de milenio, una estética postmortem del desarrollo industrial.
Lo peor de esto no es la duda de si será o no una lectura edificante (creo que podré vivir con ello), sino lo condenadamente rápido que se acaban estos libros caídos del cielo.

domingo, 29 de marzo de 2009

Levante en marzo en Torrox

 

Azul. El viento

ruge mil

corceles de espuma

y cientos

de silencios se suman

a esta sangre añil.

El levante

bate fuerte y arde

el agua sobre

al aire gris

que arriba se asolea

mientras las olas

arremeten contra

las rocas

y cae la tarde sobre

ti.

domingo, 8 de marzo de 2009

Copiar y pegar

En un blog que se llama Memorias de África he copiado un texto que expresa un sentimiento muy extendido y cuyas opiniones se parecen mucho a las que expone C. , que de África, como de tantas cosas, sabe un rato. Este es el texto:

África se muere

Africa se está muriendo. Muere de bala y de metralla, por las heridas de las guerras, por la omnipresente violencia. Muere de hambre, de sed, de miseria. Muere de enfermedad, de todas las enfermedades. Muere de explotación y de esclavitud. Muere en patera. Muere de desidia. Muere en silencio. Sencillamente, muere.
(Gabriel M. Pérez Alcalá) 


Y este es el blog Memorias de África

Una ocasión más en la que copiar no está mal.

Los mansos

Acabo de leer a Elvira Lindo, el artículo de este domingo se llama Bienaventurados los mansos y como suele ocurrirme con esta autora, sus argumentos me han parecido hoy también muy próximos. Habla de situaciones extrañas en las que a veces se ve uno envuelto, no se sabe si por bondad o por mansedumbre.
"Los mansos", no hay duda de que el término tiene connotaciones negativas y no sólo en el ámbito de los toros, y este simple hecho es ya una perversión de lo razonable y deseable. Ser manso, desear la paz, ser tolerante, desear el bien propio y el ajeno son valores deseables si queremos convivir entre nosotros, habitantes de un planeta desquiciado. Un planeta donde los niños tienen ataques de ira o enferman de cosas tan desoladoras como el autismo o el inmisericorde cáncer.
Pero ya lo he dicho otras veces, la mansedumbre, la bondad, la tolerancia, tienen mala prensa y aún más la tuvieron en el pasado, cuando se hablaba de "la santa intolerancia".
Para no ser monolítica en mi disquisición debo decir que parte de la mala prensa de la mansedumbre puede deberse a la exageración en la blandura y el exceso de comprensión: hay exceso también en quererlo comprender todo, olvidando que la mera maldad y el puro egoísmo también existen.
Pero soñar en un mundo en que de verdad los mansos, los pacíficos, poseerán la tierra es un buen sueño, uno que merece la pena soñar.

(N . cumple años y deja la BN, su entusiasmo y su creatividad seguirán siempre aquí)

sábado, 21 de febrero de 2009

La poesía es un arma cargada de futuro

Mi amigo Ricardo, contra su costumbre, ha hablado en su blog de poesía, incluyendo los cuatro primeros versos de un poema muy tierno de Gloria Fuertes, la tierna poeta de los niños del tardofranquismo. Es un síntoma que muchos ahora nos acordemos de la poesía, que no solo es un arma cargada de futuro, sino una fuente de paz en tiempos revueltos. Contra el girigay de la gente vacía, la poesía no sólo nos conforta, sino que nos alimenta y hace que crezcamos por encima de nuestros sueños.

Hace un tiempo que sólo leo dos segundos antes de "doblar" o dormirme, estoy leyendo en inglés My family and others animals de Gerald Durrell. Pero estoy tan cansada que no leo de un tirón desde que terminé una novela muy entretenida sobre el frente de Aragón, El secreto del brigadista, de Andreu Claret Serra. Pero las palabras te atrapan en cualquier sitio: en mi caso viajando en Cercanías, leyendo esos fragmentos literarios que se adhieren a las paredes de tren y viajan con nosotros.

Allí leí hace unos días un poema de Ángel González, del que me quedé , al contrario que Ricardo, con el final, con dos versos de belleza torcida: El éxito/de todos los fracasos. La enloquecida/fuerza del desaliento… Como no he leído mucho a Ángel González, me he dedicado a buscarlo por la red y he encontrado el poema en cuestión, que aquí transcribo completo y que se llama Áspero mundo, y he encontrado varios vídeos del poeta en un blog llamado Tomo la palabra.

Merece la pena oír la voz y ver las fotos o las imágenes grabadas del poeta. Ángel González nos habla de otros tiempos y de otras gentes distintas de las que hoy existen, probablemente como dice el fruto de unos tiempos más duros...


Para que yo me llame Ángel González,
para que mi ser pese sobre el suelo,
fue necesario un ancho espacio
y un largo tiempo:
hombres de todo mar y toda tierra,
fértiles vientres de mujer, y cuerpos
y más cuerpos, fundiéndose incesantes
en otro cuerpo nuevo.
Solsticios y equinocios alumbraron
con su cambiante luz, su vario cielo,
el viaje milenario de mi carne
trepando por los siglos y los huesos.
De su pasaje lento y doloroso
de su huida hasta el fin, sobreviviendo
naufragios, aferrándose
al último suspiro de los muertos,
yo no soy más que el resultado, el fruto,
lo que queda, podrido, entre los restos;
esto que veis aquí,
tan sólo esto:
un escombro tenaz, que se resiste
a su ruina, que lucha contra el viento,
que avanza por caminos que no llevan
a ningún sitio. El éxito
de todos los fracasos. La enloquecida
fuerza del desaliento…

Ángel González, Áspero mundo (1956)

Vivir es un oficio que cuesta aprender, pero no hay duda que las voces de los poetas son una forma de aprender y de soñar lo pasado y lo futuro. Salud y poemas, amigos. Y para seguir soñando y aprendiendo, visitad el post de Kirai Matemáticas y ZEN