lunes, 12 de marzo de 2018

Berlín, primera mitad del siglo XX

Ahora que conozco un poco Berlín, la novela autobiográfica Tu eres no eres como otras madres, de Angelika Schrobsdorff me ha resultado especialmente gozosa, porque las las grandes avenidas y plazas ya están en esta obra y mucho más, el ambiente estimulante de principios del siglo pasado en esa ciudad, a pesar de la crisis económica y el terrible nacimiento de Tercer Reich. Están también  los alrededores, sus ríos Havel y Spree y Wannsee y toda esa belleza de bosques y agua, mancillada después por terribles eventos (la conferencia de Wannsee, gracias Ch. por contármela).
Y sus personajes, una mujer judía, sus maridos y amantes, sus padres y sus hijos. Y su recorrido vital desde la despreocupación y la libertad a la terrible angustia de la propagación del antisemitismo por Europa y la Segunda Guerra Mundial, vivida por los protagonistas como una liberación. Y la conciencia de haber malgastado la juventud y el sentimiento de culpa de Else sentir que no ha sabido amar a sus hijos ni protegerlos de lo que se les venía encima. Y el sentimiento de Peter de que los sufrimientos de su familia son mínimos comparado con lo que sufrieron otro judíos, menos protegidos que ellos, al fin al cabo medio judíos y de una clase social alta. 
Y el vértigo de ver con que rapidez se puede desencadenar un infierno desde una sociedad culta y educada, y como la libertad es un bien volátil, si no la cuidamos y seguimos acrecentándola. Porque o crece o muere, no hay termino medio.