domingo, 10 de junio de 2012

Sobre las prohibiciones y otras dificultades

La generación posterior a la constitución de 1978 no entiende muy bien cómo era la vida antes de ésta. Llevados por la idea de falta de permisividad y el afán de prohibir, extraen conclusiones radicales y erróneas. Esta anécdota puede servir de ejemplo: comentando que en los primeros años 70 estudié filología catalana dentro del programa de la licenciatura en lenguas románicas, una persona entre mis oyentes expresó sus dudas al respecto, "porque el catalán estaba prohibido". 
Esta afirmación es tan rotunda que por fuerza resulta excesiva. Ni las cosas eran iguales en los años 40 que en los 70, ni la prohibición podía afectar a la desaparición de la lengua catalana dentro del esquema de las lenguas romances. Los que vivimos esa época, aunque seamos conscientes sólo a partir de mitad de los años 60, sabemos que todo era mucho más sutil, las prohibiciones existían, pero también cierto modo de triunfo del engaño y la mentira que eran mucho más ponzoñoso. Existían innumerables artículos de opinión sobre la lengua catalana que pretendían rebajar su importancia, quitándole su categoría de lengua de cultura y reduciéndola a lengua familiar y de aldea. Claro que esa maniobra poco inteligente sólo sirvió para la contrario que pretendía.
Porque otra cosa olvidan los que no vivieron la época, y es la resistencia, ya fuese callada o manifiesta, que todos planteábamos tanto a las prohibiciones abiertas como a los mensajes más o menos subliminales. Estábamos alerta, es decir con los sentidos despiertos y el sentido crítico aguzado (a veces hasta demasiado) porque sabíamos que la dictadura se nutre de pensamiento único y adhesiones incondicionales.
Yo ahora no sé si los pueblos también envejecen o es que la educación ha empeorado tanto que se ha olvidado de lo que es más importante, pensar por uno mismo.

domingo, 3 de junio de 2012

"Oh Dios, qué buen vasallo, si oviesse buen señor”

Hace unos días le decía esta frase a J.L., en relación con tantos españoles que hacen bien las cosas en esta tremenda crisis: empresarios honrados, funcionarios esforzados, médicos y educadores que luchan por no rebajar un ápice la idea que tienen sobre lo público, o simple y llanamente, sobre la verdad, que como decía Cervantes "anda sobre la mentira como el aceite sobre el agua".
No solo yo recuerdo estas palabras y lo que encierran, son muchos los que lo hacen y entre ellos y en letras de molde, un periodista de "El Pais", José Juan Toharia: "Si oviesse buen señor"
Os dejo que lo leáis, buena tarde de domingo de nubes y sol, y de lectura.

sábado, 2 de junio de 2012

Pirracas y el café molido

Mi gata Pirracas se me murió el 2 de marzo pasado y la verdad es que la añoro bastante, a pesar de que tengo otra gata más y dos perros y que no tengo demasiado tiempo para nada que no sea trabajar. 
A pesar de esto, la recuerdo cada vez que, al preparar el desayuno, un poco del café molido cae al suelo. Porque a Pirra le encantaba comérselo, igual que le gustaba acurrucarse en tu regazo, y se negaba a dejarte mover. Su ronroneo era escandaloso y también su mal carácter: no he visto a ningún gato bufar de forma más violenta y convencida. 
Cuando preparaba la tesis en verano, trabajaba en el jardín y metía en una caja los documentos que tenía que revisar, y ese era el sitio elegido para mi gata especial para acurrucarse. Aunque siempre encontraba el sitio más fresco en verano y el más calentito en invierno.



Los gatos son siempre independientes, pero Pirra era dependiente malhumorada, pero nunca quiso mezclarse con los perros, sólo con dos humanos, P. y yo.
Era especial, como lo son todos los animales y, como no, todos los humanos. Eso se nos olvida, lo únicos que son todos los humanos y todos los seres vivos en general y lo que eso significa en cuanto al valor que tiene en el conjunto ese "ser especial". Si fuésemos conscientes de esto, seguro que valoraríamos a todos y cada uno de los pobladores de este viejo mundo.
Y lo peor es que son mayoría los que solo se consideran especiales a si mismos.