miércoles, 4 de noviembre de 2009

De Quevedo, para Paco (gracias, Ricardo)

Retirado en la paz de estos desiertos,
con pocos, pero doctos libros juntos,
vivo en conversación con los difuntos
y escucho con mis ojos a los muertos.

Si no siempre entendidos, siempre abiertos,
o enmiendan, o fecundan mis asuntos;
y en músicos callados contrapuntos
al sueño de la vida hablan despiertos.

Las grandes almas que la muerte ausenta,
de injurias de los años, vengadora,
libra, ¡oh, gran don Iosef!, docta la emprenta.

En fuga irrevocable huye la hora;
pero aquélla el mejor cálculo cuenta
que en la lección y estudios nos mejora.

martes, 3 de noviembre de 2009

El plan E, Prisma y otras arrancadas de caballo andaluz

En Collado Mediano no sé si hay alguna actuación del plan E estatal, sí que ha comenzado hace poco una incluida en Prisma, de la Comunidad de Madrid. En general no suelo hablar de estos temas porque carezco de la suficiente información como para estimar su bondad o maldad...
Pero si me gustaría hacer alguna reflexión genérica, como la de que el dinero en general se va en crear cosas nuevas (más o menos importantes) y no en mantener y mejorar las ya existentes. Eso ocurre con todo y es especialmente flagrante con las carreteras: se crean nuevas carreteras, pero las que ya existen no se mantienen debidamente. Y para mi es especialmente llamativo lo que ocurre con los jardines o el ajardinamiento de determinadas zonas, es decir, se gasta mucho dinero en plantar, sembrar, poner riego y muy poco en mantener lo sembrado y plantado y en controlar que el sistema de riego no sufra el habitual ataque de los vándalos, que sin ningún beneficio de ningún tipo asolan las tuberías y destrozan todo el circuito, consiguiendo además que se pierdan muchos litros de ese agua por el que sufre medio planeta.
Aquí se diseñó una avenida camino de la estación de trenes, que además ha sufrido el asalto de los ladrones de plantas, de los que ya hablé en otro post, y a dos años vista el resultado es desolador.
Una de las obras planteadas está destripando las aceras del Paseo de los Rosales, creadas hace muy poco, en apariencia solo para añadir unas jardineras; se trata de método disuasorio para evitar el aparcamiento sobre la única acera del pueblo de tamaño superior a los carros de la compra o los coches de niños. Puede ser que a esa operación estética acompañe alguna modificación o mejora de conducciones soterradas, pero lo de las jardineras calienta un poco la opinión general, y más teniendo en cuenta que si no se mantienen debidamente, de aquí a unos meses se convertirán en papeleras o simples vertederos. Me encantaría que nos equivocáramos todos y que se convirtieran en pequeños jardines que nos alegren la vida.
He estado en Torrox, allí el clima benéfico permite sortear mejor estos obstáculos y hay lugares llenos de flores que alegran el corazón y ayudan a sobrellevar cualquier crisis. No pienso que en Málaga se lleve una mejor política, que se mantengan mejor lo creado, sólo que en cuestión de plantas el medio es menos extremo y contrarresta los aspectos nocivos.
Pero es casi una queja filosófica e ilustrada por el refranero: arrancada de caballo andaluz y parada de yegua manchega. Así es muy difícil cambiar las cosas, o mejor dicho mejorarlas. Cambiarlas es fácil, lo difícil es hacerlo para mejor.