sábado, 27 de octubre de 2007

Jornadas sobre bibliotecas 2.0

Ayer tuvo lugar en la biblioteca unas jornadas sobre la aplicación de la web 2.0 en bibliotecas, con participación de bibliotecas universitarias, públicas e incluso de la biblioteca nacional. Se habló de ella desde el punto de vista teórico y también se contaron experiencias prácticas, la mayoría de ellas llevadas a cabo en el ámbito de las bibliotecas públicas, donde mejor parece encajar la participación e interactividad que son fundamentales en la web 2.0.
La participación de la biblioteca nacional, aunque a priori era la más difícil, planteó algunas posibilidades interesantes, sobre todo a dos niveles: a nivel de profesionales de las bibliotecas y la documentación se imaginó la posibilidad de poder organizar un colaboración muy estrecha en línea usando herramientas de web 2.0; y con los usuarios más expertos se planteó la posibilidad de establecer redes de colaboración que permitieran una mejora de las funciones de las bibliotecas, en concreto se habló de colaboración en la clasificación de las obras por parte de los propios investigadores, en muchos casos los propios creadores.
Se mencionó también aquí The Open Library, una iniciativa que pretende ofrecer las obras exentas de derechos digitalizadas y que luego he sabido que forma parte de la Open Content Alliance, junto con el Internet Archive, y que pretende plantear una alternativa a Google, según señala mi colega Bonaria Biancu, a diferencia de Google Books, permite totalmente el acceso abierto a los datos digitalizados.
Hace unos días un colega argentino nos habló de la aplicación de los llamados web services a las bibliotecas, en otra vuelta de tuerca hacia la distribución de recursos, para compartir con un único interfaz datos procedentes de muchos servidores, de forma más opaca o transparente.
Todo esto me recuerda que es necesario seguir aprendiendo cada día en todos los ámbitos, pero especialmente en el de las bibliotecas, y que es posible que muchos de los problemas que nos planteamos ahora posiblemente se disolverán con estas y otras nuevas tecnologías. Y entonces me digo que me gusta este mundo siempre cambiante, este eterno movimiento.
Salud compañeros, para ver todo lo que tiene que llegar.

domingo, 21 de octubre de 2007

Literatura y vida

Esta semana ha sido tan especialmente cansada... Hace ya más de un año que estamos batallando con un trabajo duro y cansa sobre todo la incertidumbre. Pero hay que aprender que no estamos solos, la vida enseña que la mejor medida para alcanzar un cierto sentimiento de felicidad es olvidarse de uno mismo, ocuparse de los demás...
Y también reírse un poco de uno mismo.
Solo leo los periódicos los domingos y este domingo los diarios traen por igual motivos para la esperanza y la alegría como para la desesperanza, permitidme que los enumere empezando por los peores:

Un taxista ha muerto, era argentino y amaba Madrid y Madrid le ha matado por menos de 40 euros
Hace unos días ha habido un desalojo polémico de chabolas y algunos medios parecen aprovecharlo
Maragall tiene Alzeihmer o como él dice "Eisenhower"
y ahora las mejores:
un poema de Ángel González cantando a sus 82 años.
Un libro con diez claves para sentirse felices, entre otras olvidarse de uno mismo y sacar de cualquier acontecimiento una consecuencia positiva.
y de nuevo, también Maragall enfrentándose a su enfermedad con honradez y valentía.

Y para tomar distancia sobre el cansancio, el siguiente verso:

ESTOY CANSADO


Estar cansado tiene plumas,
tiene plumas graciosas como un loro,
plumas que desde luego nunca vuelan,
mas balbucean igual que loro.

Estoy cansado de las casas,
prontamente en ruinas sin un gesto;
estoy cansado de las cosas,
con un latir de seda vueltas luego de espaldas.

Estoy cansado de estar vivo,
aunque más cansado sería el estar muerto;
estoy cansado del estar cansado
entre plumas ligeras sagazmente,
plumas del loro aquel tan familiar o triste,
el loro aquel del siempre estar cansado.

LUÍS CERNUDA

Pues eso, que la fuerza nos acompañe. Felicidad para todos


martes, 16 de octubre de 2007

Siempre hay amigos

Es casi noviembre, el mes más deprimente del año, y coincide que es una época de continuos cambios, a velocidades vertiginosas, que no dejan tomar la debida distancia para comprender los progresos innegables. Estamos en un momento de cambio y, como sucede siempre en estos casos, parece que nos falta cualquier tipo de apoyo. Además, nuestro papel está en medio de dos fuerzas encontradas, las de la inercia que mueve siempre a instituciones tan grandes como la nuestra y la fuerza del mercado que domina a las empresas y vuelve cualquier negociación un asunto muy árido.
M.J. duda de la efectividad de su trabajo, y no es de extrañar, porque dudamos todos. Dado su carácter íntegro y poco dado a las componendas, esta duda se atraviesa en toda su vida y se encuentra imponente, triste y sin ánimos para enfrentarse al día día, que es ahora una auténtica lucha. Desconfía de si misma y de sus virtudes innegables (su laboriosidad, su amabilidad, su disponibilidad permanente) y se encierra en si misma. Pero están los amigos. No todos, pero sí los buenos.
Ella nos ha cultivado, ha oído nuestras cuitas, nos ha hecho favores e incluso a veces nos ha regañado, aunque siempre con cariño. Nos ha cuidado y siempre seremos su capital, tiene que saber que siempre podrá contar con nosotros.
Ríete del mundo, tienes amigos.

sábado, 13 de octubre de 2007

La bandera

Ayer fue el día del Pilar, y también el de la Hispanidad. Con la Hispanidad me pasa como con la mujer, los derechos humanos y todos esos conceptos que han sido merecedores de un día especial: que creo que no hace falta un día para resumir una vida.
Desde que soy muy pequeña, desde todas las instancias me vienen cantando historias de la bandera, y unos y otros se la han ido apropiando como emblema de sus pasiones más o menos lícitas. Yo siempre me he sentido española, a parte de mi que primera lealtad es para la humanidad en su conjunto, aunque eso siempre se ha visto como una debilidad y algo en cierto modo torcido.
Con el paso de los años, me atrevo a reivindicar mi derecho a ser española pero pertenecer también a la humanidad entera. Y me da igual que eso sea considerado una debilidad: ser débil es ser humano y eso quiero ser.
Por otra parte, no podré jamás dejar de ser quien soy, un ciudadano de un país del sur de Europa en el siglo XXI, con mucha hermosa y terrible historia a las espaldas, amante de la libertad y de cierta hermosa manera de vivir, que implica disfrutar de la vida y de la gente y ser amante - y amado - del sol.
Que nadie más me diga cómo tengo que querer a España, por favor.

lunes, 8 de octubre de 2007

Una palabra tuya

El viernes por la tarde, cuando fui a comprar la cena al supermercado, compré un libro que ya había visto antes Una palabra tuya, de Elvira Lindo, de quien además de su desternillantes piezas periodísticas, había leído hace unos meses El otro barrio. Este primer libro me pareció una obra de una pureza y una ingenuidad maravillosa, enfrenta a un niño con una vida difícil por culpa de unos crímenes accidentales concebidos por la autora con grandes dosis de humor.
Esta novela de este fin de semana otoño es también una historia tierna, la de la relación entre dos personas no demasiado triunfadoras, de dos mujeres un poco raras, especialmente Milagros, gorda y no demasiado inteligente y sobre todo especialmente parlanchina y emprendedora, y de sus correrías por Madrid, primero en un taxi que conduce Milagros (sin carnet de conducir) y luego como barrenderas municipales.
La narradora y protagonista, Rosario, más inteligente y más pesimista, sufre la amistad de la gordi con remordimiento por sus ganas de liberarse de ella, pero disfrutando al máximo de la comodidad de verse siempre atendida por ella en momentos especialmente difíciles.
La historia tiene un desenlace extraño e inesperado, que enfrenta a Rosario a aceptarse a si misma y a emprender un nuevo camino.
Para mi Elvira Lindo es una persona de una gran seriedad, a pesar de su pretendida frivolidad, y estas obras demuestran un buen dominio del oficio de escribir y despiertan el interés desde el primer momento. Tengo que leer sus otras obras