jueves, 30 de agosto de 2007

Lo que era todo tiene que ser nada

Este título, un verso de Borges, refleja un poco como cambian las cosas de un día para otro. Desde ayer se me viene la memoria un verso de Rimbaud que según la crítica, muestra su decepción ante el movimiento revolucionario. He encontrado un comentario de texto de este poema que puede estar bien, puesto que se trata de una obra simbólica, con muchos términos exóticos y con una interpretación no muy fácil. Aprendí en clase de francés a hacer unos comentarios de textos muy rigurosos, especialmente con una lectora de apellido Kessieidjan, que era estupenda.

Mon triste coeur bave à la poupe...
Mon coeur est plein de caporal !
Ils y lancent des jets de soupe,
Mon triste coeur bave à la poupe...
Sous les quolibets de la troupe
Qui lance un rire général,
Mon triste coeur bave à la poupe,
Mon coeur est plein de caporal !

Ithyphalliques et pioupiesques
Leurs insultes l'ont dépravé;
A la vesprée, ils font des fresques
Ithyphalliques et pioupiesques;
O flots abracadabrantesques,
Prenez mon coeur, qu'il soit sauvé !
Ithyphalliques et pioupiesques
Leurs insultes l'ont dépravé !

Quand ils auront tari leurs chiques,
Comment agir, ô coeur volé ?
Ce seront des refrains bachiques
Quand ils auront tari leurs chiques !
J'aurai des sursauts stomachiques
Si mon coeur triste est ravalé !
Quand ils auront tari leurs chiques
Comment agir, ô coeur volé ?

Arthur Rimbaud(1854 ; 1891)


Hoy esta poesía no es amable, e ilustra muy bien mis sentimientos ante la realidad. preferiría transcribiros Rêve pour l'hiver, pero son malos tiempos para la lírica.

lunes, 27 de agosto de 2007

Adiós

Ya me tocó decir adiós a otra directora en circunstancias parecidas, fue en los años 90, me parece. Entonces, como ahora, tenía la sensación de que muchas cosas podían quedar interrumpidas.
No pasa nada. La vida es eso: puertas que se abren y se cierran. Cuando las puertas se abren, no es que todo sea bueno (bueno, si, básicamente, nace una posibilidad). Quizás tampoco todo sea malo cuando las puertas se cierran, pero es difícil no entenderlo como algo negativo.
Rosa, muchas gracias por haber dedicado tu tiempo, tu que tienes algo mucho mejor que hacer, escribir, a nosotros, a esta biblioteca que es más madrastra que madre, que devora a sus hijos (bueno, mayoritariamente hijas, ya sabes lo de que el Cuerpo de Facultativo es en realidad cuerpa) y quema la sangre más que nadie. Aquí, como sabes, hemos venido a sufrir.
Pero no es verdad que no pase nada: cada vez que damos un pasito para delante y dos para tras perdemos un tiempo que ya no tenemos (no me gusta ponerme dramática, pero es así) y si queremos adquirir un verdadero valor profesional y social, el tiempo corre en contra nuestra.
Como ocurrió la otra vez, con A.G., en el momento de decirte adiós me parece que muchas cosas que en su momento no me gustaron se justifican plenamente por la pasión con que las hiciste, porque la pasión no es que sea un argumento muy racional, pero creo que todos la entendemos.
No es tiempo de penas, tenemos tarea, y a ti siempre te deberemos el habernos despertado de uno de nuestros muchos letargos. Tú eres de una clase antigua de luchadores, rebeldes sin tiempo, sin paciencia y sin componendas.
Yo te agradezco el terremoto, siempre he sido cañera. Salud y marcheta, ante todo.

domingo, 26 de agosto de 2007

Tormentas con poema

La noche ha sido movidita, concretamente a las tres de la madrugada ha caído un chaparrón intenso y largo, acompañado por un trueno continuo de casi media hora. Ahora parece que el día mejora, hace calor y aunque sopla el viento el sol invita a disfrutarlo e incluso a darse un bañito.
El poema que hoy traigo lo memoricé cuando aún mi neurona estaba fresca, como a los diecisiete ; ahora recuerdo sobre todo algunos versos, especialmente de la primera cuarteta. Lo escribió Joachim Du Bellay, que vivió en Francia entre1522 y 1560, y de quien podéis leer más en la Wikipedia. Sin más preámbulos, transcribo aquí el poema en cuestión, que al parecer fue escrito en el exilio y que habla de su nostalgia de Anjou, su lugar de nacimiento:

Heureux qui, comme Ulysse, a fait un beau voyage,
Ou comme cestuy-là qui conquit la toison,
Et puis est retourné, plein d'usage et raison,
Vivre entre ses parents le reste de son âge !


Quand reverrai-je, hélas, de mon petit village
Fumer la cheminée, et en quelle saison
Reverrai-je le clos de ma pauvre maison,
Qui m'est une province, et beaucoup davantage ?

Plus me plaît le séjour qu'ont bâti mes aïeux,

Que des palais Romains le front audacieux,
Plus que le marbre dur me plaît l'ardoise fine :

Plus mon Loir gaulois, que le Tibre latin,
Plus mon petit Liré, que le mont Palatin,

Et plus que l'air marin la doulceur angevine.

sábado, 25 de agosto de 2007

Serendipidad

Llevo una semana un poco melancólica y atareada, en la que en los escasos momentos de calma soñaba con escribir aquí sobre algo tan filosófico como la conciencia de sí y de como parece la puerta de entrada a al mundo,cuando en realidad la desaparición de esa conciencia no hace decrecer ni desmerecer el universo. Este fárrago triste puede estar causado por el cansancio y el trabajo atropellado, y felizmente voy a ahorraros el cáliz porque hoy ha sucedido algo que entra dentro del ámbito de lo casual y que me trae a la memoria un concepto que me es muy amable, el de la serendipidad (Millás prefiere el término serendipia). La palabra en español aún no está aceptada por la Academia y proviene del inglés, en concreto fue deliciosamente acuñada por Walpole en 1754, basándose en un cuento persa, The Three Princes of Serendipity, y alude a la capacidad de efectuar hallazgos inesperados de cualquier tipo, sobre la marcha y sin buscarlos.
En nuestro campo de conocimiento, la serendipidad se ha relacionado con la búsqueda mediante Browse u hojeo, en la más relajada de sus versiones y se ha puesto en relación directa con el surfeo en la web. Ahora bien, como siempre esto ha dado lugar a una sesuda disciplina el information encounter, de la que podéis saber más leyendo este artículo.
Cuando yo estaba en la fase final de mi tesis, con el odio africano que ésto provoca hacia la materia elegida, pensaba que debería haber elegido algo como la serendipidad o los hallazgos de información, ahora estoy segura que sólo hubiera conseguido odiar también este sugerente tema.
Porque para mi la serendipidad es algo más vital, menos sujeto a la racionalidad y profundamente poético. Alude a la suerte de que tu manos encuentren un libro hermoso en unas estanterías tan repletas como las del Corte Inglés (como me ocurrió con el libro de Tom Perrota Juegos de niños) o que al ir al supermercado topes allí con un libro que te llame y que se te presente como una posibilidad de ensoñación. Hoy me ha ocurrido, se me ha cruzado un libro del que no había oído hablar (no soy muy aficionada a best sellers ni a novelas de moda, lo reconozco, aunque me gusta la literatura sin adjetivos), todavía no lo he leído y no puedo recomendarlo, pero estoy en ese hermoso momento en que estoy averiguando quién es la persona que lo ha escrito y me dispongo a adentrarme en su mundo.
Es la hermosa palabra, serendipidad, la que hizo que nos encontráramos los amantes, que seamos amigos, y que a veces el mundo parezca perfecto.

lunes, 20 de agosto de 2007

Contra el fanatismo

E., como lo prometido es deuda, aquí va mi comentario sobre la obrita de Amos Oz que me has dejado, Contra el fanatismo. Se trata de una recopilación de tres artículos periodísticos, que aunque centrados en temas diferentes inciden sobre la necesidad de resistirse al fanatismo y en concreto, de resolver situaciones como la palestino-israelí. Este autor, más que caracterizar una vez más el fanatismo (¡se ha hecho ya tantas veces!) argumenta sobre la forma de combatirlo, mencionando como medios para ello el sentido del humor, la capacidad de ponerse en lugar de otro, el sentido práctico para llegar a un acuerdo que evite la destrucción y la muerte.
El autor menciona que en la ciudad de su niñez, Jerusalén, todo el mundo tiene una fórmula mágica de resolución del conflicto, algunas algo bestiales; pero que al mismo tiempo el instinto polemizador puede ayudar a ver las cosas desde distintos puntos de vista.
También menciona que su posición como escritor, siempre dispuesto a tratar de comprender vidas distintas a la propia, le ha llevado a su militancia en Paz Ahora y, como menciona con bastante humor, a obtener el estatuto de traidor por parte de ambos bandos.
Sostiene que Europa, esa Europa a la que los viejos judíos tanto aman y que es su referente más preciado, siempre está tratando de establecer la prevalencia de las razones morales de los litigantes, es decir, que necesita saber siempre quiénes son los buenos. En su opinión, y creo que yo opino lo mismo, lo importante es llegar a un acuerdo que permita convivir aunque sea con dificultades, como dice él primero sin amor -dice que se trata de un divorcio -, que luego ya llegará el tiempo de tomar café y compartir vivencias y comunicación.
Bueno, compi, espero que estés satisfecho de mi comentario, si no es así, tienes derecho de réplica.
Hoy termino dando la gracias a muchos compañeros bibliotecarios que muestran un espíritu de colaboración admirable y especialmente a P. y a R., que siempre están dispuestos a ayudar, incluso con peligro para su integridad física. P., tu bondad, tu profesionalidad y tu buen carácter han sido siempre para mi admirables y envidiables. Me alegro mucho de que seas mi compañera, y te agradezco que seas como eres. Te regalo foto de mi jardín

jueves, 16 de agosto de 2007

La trilogía de Dulce Chacón

No siempre leo con el mismo entusiasmo y concentración. Desde hace una semana me está costando más entrar en lo que leo. Tengo La comunicación no verbal algo enquistada y he terminado la Trilogía de la huida de Dulce Chacón pero tengo un juicio sobre ella algo menos entusiástico que de costumbre.
La trilogía consta de tres obras que tratan todas sobre los fracasos de pareja. Consta de tres obras: Algún amor que no duela (1996), Blanca vuela mañana (1997) y Háblame, musa, de aquel varón (1998). No me ha gustado, en general y haciendo una media. Se trata de las primeras novelas de la autora y para mi gusto son un poco pretenciosas. Y es más, creo que el planteamiento de las relaciones de pareja es algo maniqueo, en la primera y segunda obras, especialmente, los personajes masculinos no tienen cuerpo ni entidad ni voz. En la tercera hay un intento fallido de concederle voz al pobre individuo masculino. Es también una obra un poco artificiosa, con ambiente de directores e intérpretes de cine, con un elemento positivo que es la historia de dos parejas de inmigrantes marroquíes deliciosa - o por lo menos a mi me subyuga su habla y la maravillosa vitalidad de sus historias y sus costumbres: es lo único que me parece vivo en esta enrevesada historia.
Es curiosa lo vital que se siente su estilo en La voz dormida o Cielos de barro y lo artificial de esta trilogía ¿o puede ser algo subjetivo?: Os animo a leer y comparar a todos aquellos que leáis esto. Dulce Chacón sigue siendo una magnífica escritora, a pesar de ello. Y una triste pérdida

lunes, 13 de agosto de 2007

Impaciencia de corazón

Hay varias formas de no disfrutar el momento o la vida en general. Una de ella es retrospectiva, es la del que vive siempre dándole vuelta a las cosas pasadas: si hubiera hecho o dicho algo diferente de lo que dije, si hubiera tenido la respuesta oportuna a tiempo, si hubiera estado en el lugar y momento indicado... Todos sufrimos en un determinado momento una crisis de vivencia neurótica del pasado, pero suelen pasarse cuando dormimos, comemos y descansamos bien.
Otra manera de fastidiar el presente muy popular es la vivencia agónica del futuro: soy feliz con mi mascota de 6 meses, pero ya pienso en que algún día enfermará y morirá; empiezo hoy mis vacaciones pero la imagen del día de mi vuelta me las fastidia de antemano. Esta neurosis de combate tiene una variante aún más común: ojalá pase pronto el día del examen fatídico, la visita al hospital, el melancólico mes de diciembre o las odiosas navidades. Con lo cual lo único que conseguimos es que el tiempo vuele sin sentir sobre nuestras aturdidas cabezas y que de pronto nos sintamos muy viejos, después del examen, el hospital, diciembre o las navidades. El tiempo, que ya de por si es como agua inasible, se nos escapa por todos esos agujeros.
Siempre he tenido tendencia a querer quemar rápidamente etapas, aunque últimamente hago ejercicios zen intentando disfrutar un poco del presente. Es cierto que la forma de ser de cada uno termina saliendo por otras rendijas y cabe el peligro de convertirte en un agonías del relax. Pero bueno, estamos en la lucha.
Ah, y os presento a Coco, el cachorro de A. y A. que voy a cuidar (y disfrutar) por unas semanas.

viernes, 10 de agosto de 2007

Lágrimas de San Lorenzo


Esta noche se espera que sea visible el fenómeno de las Perseidas, conocido popularmente como "lágrimas de San Lorenzo". Si no interpreto erróneamente los artículos de divulgación, se trata de basura cósmica reducida a polvo brillante debido al contacto con la atmósfera terrestre. Pero yo lo interpreto más bien como un triunfo de la belleza sobre la muerte: los residuos de algo terminado brillan vistiendo de luces el cielo de verano. A lo largo de mis años no he visto ninguna muy intensa, aunque en los años 86 u 87 si que vi bastantes estrellas fugaces en el cine del Retiro, estrenando amor y, como siempre que esto ocurre, celebrándolo junto con todo el universo.
Las fotos son espectaculares: presentan un cielo absolutamente tachonado de lineas brillantes. Desde hace algunos años me propongo permanecer despierta hasta la hora prevista para su llegada, pero irremisiblemente me rinde el sueño. Este año volveré a intentarlo y tengo bastantes posibilidades, pues parece que hay mucha basura cósmica, que la mayor intensidad se producirá a las 11 menos cuarto de la noche del 11 y que habrá bastantes hasta el día 18. También ayudará que vivo en la sierra, pero hace ya siete años que estoy aquí y no he conseguido verlas, quizás porque en agosto la sierra es como la Gran Vía.
(Foto cortesía de la Cadena Ser, año 2005)

martes, 7 de agosto de 2007

Asun

Mi suegra está en casa. Se supone que es para que le hagamos compañía, pero yo estoy muy poco en casa y P. tiene la terrible ternura del dragón, que le impide escuchar con paciencia sus "batallitas" (y eso que todos tenemos las nuestras). Está escribiendo sus recuerdos, casi a modo de sudoku, además de barrer eternamente el patio. No ha estado mucho y quizás por eso yo no respondo a la consabida relación tensa, me cae muy bien y creo que yo también a ella.
Pero tengo menos tiempo de escribir o de leer, y cuando lo hago, tengo un poquito de complejo de culpa.
En sus memorias hay, como no podía ser de otro modo, muchos recuerdos antiguos, de niñez y de guerra. Cuando tenga un segundo reproduciré aquí algún pasaje, pues están llenos de vida.
Antes de terminar voy a hablar del libro de Amos Oz, No digas noche. No cuenta nada especial, la relación de Teo y Noa, su vida en una población de Israel fronteriza con el desierto, y la puesta en marcha de un voluntarioso proyecto bien intencionado de creación de un centro de atención de drogadictos. La historia de este proyecto permite centrarse en el entusiasmo y la decepción, la lucha por la autonomía por parte de Noa y, en cierto modo, el caprichoso evolucionar del entusiasmo.
Tengo que leer más de Amos Oz, porque necesito confirmar la buena impresión que me ha causado su obra, densa, descriptiva y filosófica.
Quizás en lo que queda de agosto.

sábado, 4 de agosto de 2007

Rachas

Parece que hemos empezado una racha mala. No solo es que haya mucho trabajo, es que también se trata de trabajo a "cara de perro". No sé porque se usa esa expresión, porque los perros suelen ponernos a los humanos una cara de lo más agradable.
A lo que íbamos: hemos tenido que enfrentarnos a una compañera que hace tiempo que está haciendo las cosas a su manera y que considera que es la única que respeta la más estricta ortodoxia bibliotecaria. Ha sido desagradable y además va a suponer más trabajo y más incomodidad. A eso se le suma la decepción, ya antigua, de una compañera cuya inteligencia y profesionalidad siempre había respetado. Y el temor a que se haya sentido víctima de un linchamiento, que no es tal. También la certeza de que en el asunto intervienen factores externos, pues no es normal su actitud frente a B., a la que no conoce y a la que lleva eludiendo desde de su llegada a la biblioteca.
Eso, y una puerta rota del jardín, más mi costilla dolorosa, de la que se deriva la imposibilidad de ir al gimnasio, aumentan la sensación de malestar.
Pero siempre tendremos las lecturas. He terminado Casi perfecto de Marina Mayoral, que me ha gustado bastante y ha despertado el deseo de leer más obras suyas. Una de las cosas que más me ha sorprendido ha sido su estilo, que es al mismo tiempo fácil e inquietante, recuerda las dos caras de la moneda de las que hablaba Machado respecto al lenguaje.
Estoy leyendo ahora No digas noche, de Amos Oz y en este caso también lo primero que destaca es su estilo narrativo, lleno de descripciones detalladas y minuciosas. Trata de un modo muy real la relación de una pareja, su tira y afloja entre la autonomía y la dependencia. Me está gustando bastante, aunque como siempre lamento no poderlo leer todo sin traducir, en la lengua original; en este caso sería difícil, porque se escribió en hebreo.
Una historia de un chimpancé adoptado por una familia en África y luego abandonado ha despertado mis sentimientos de compasión hacia los animales, que siempre están ahí. Tampoco ha ayudado mucho a que desaparezcan estos sentimientos la lectura, hace algunos años, de la obra de J.M. Coetzee, Elizabeth Costello, que denuncia nuestra prepotencia de racionales que niegan a los demás animales el pan y la sal y los usan como alimento, entretenimiento y demás, sin consideración hacia su posible "humanidad". Los defensores de los animales somos acusados de ocuparnos menos de los seres humanos que de éstos. En mi opinión, no hay más que una sensibilidad y esta incide sobre todo lo que nos rodea. Por otra parte, la inocencia de los animales, aún en las conductas más salvajes, los hace dignos de respeto y consideración.

miércoles, 1 de agosto de 2007

Ya de vuelta

Sólo de vuelta al trabajo. A pesar de mis muchos añazos, continúo siendo bastante ingenua y desde luego no estoy de vuelta de casi nada.
La vuelta es dura, una se pregunta los últimos porques: por qué tengo que trabajar, por qué en esto y por qué estoy siempre en el ojo del huracán. Debe ser una forma de ser.
Pero la vuelta ha tenido alguna cosa buena: conocer a dos niños preciosos, D. y a M. Y también alguna mala: por un día no he llegado a conocer a H., que tiene nombre de héroe amigo.
El final de las vacaciones es para dos o tres libros. El año del pensamiento mágico, de Joan Didion; La comunicación no verbal, de Flora Davis y Casi perfecto, de Marina Mayoral, los dos últimos sin terminar.
A Marina Mayoral no la había leído y sólo tenía referencias de una alumna suya de la Complutense, N., que fue compañera de piso en los locos 80. Lo que llevo de esta novela me gusta bastante. También tengo en lista de espera una novela de Amos Oz, No digas noche y me van a dejar del mismo autor Contra la intolerancia.
La vuelta es dura, insisto, hay mucho trabajo, una viene con las heridas de la vida (más alguna costilla dolorida) y con el síndrome postvacacional maldito. Las últimas preguntas mencionadas más arriba se mezclan las falsas certezas: debí haber perseverado en el aprendizaje del ballet, de la escritura o de las lámparas tiffanys, y así me hubiera librado de este cáliz.
Pero todos son sueños: cualquiera que hubiera sido mi destino y mi manera de coger vacaciones, siempre habría habido un día después para soñar ser otra cosa.